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RUNNING

5 ejercicios para fortalecer los pies en casa

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Con cinco sencillos ejercicios podemos mejorar la salud general de nuestro cuerpo, empezando por la base, los pies, que son los que soportan todo nuestro peso.

(19-5-2021). Los pies son una de las partes fundamentales de nuestro cuerpo cuando nos ponemos a correr. Mantenerlos fuertes y flexibles no solo nos permitirá mejorar la eficiencia de la carrera sino también minimizar la posibilidad de padecer lesiones. Con los consejos de Podoactiva, presentamos cinco sencillos ejercicios que nos permitirán fortalecer nuestros pies en casa y sin necesidad de grandes artilugios.

Hay que tener en cuenta que “una mala pisada repercute en otras partes de nuestro cuerpo”. Como pueden ser, por ejemplo, la columna vertebral, la cadera o incluso las rodillas. En este sentido, demasiado a menudo, los pies son los grandes olvidados a la hora de tonificar nuestro cuerpo. Y eso que son el sustento fundamental para correr. Sin ir más lejos, cabe recordar, tal y como nos apuntan los podólogos de Podoactiva, que la base de nuestro cuerpo incluye 28 huesos que se unen en más de 33 articulaciones y tienen más de 100 tendones. Ahí es nada.

No es de extrañar entonces que desde Podoactiva nos adviertan que “es nuclear mantener nuestros pies fuertes y flexibles”. En este sentido, nos proponen una rutina básica de 5 ejercicios que nos ayudarán a “minimizar el dolor en la zona del pie y el tobillo, favorecer la circulación sanguínea, mejorar la flexibilidad, rendimiento deportivo y equilibrio, además de ayudarnos a prevenir futuras lesiones”, entre otros beneficios.

Vamos con los 5 ejercicios, aunque valga decir que, “ante cualquier molestia, lo más aconsejable es contactar con un profesional que pueda incluso determinar y acotar mejor dichas pruebas”. Por cierto, una advertencia, dichos ejercicios “no deben ser dolorosos, simplemente debemos notar la flexión y estiramiento”.

1. Extensión del dedo del pie

Se trata de un ejercicio que podemos hacer sentados. Acomodados en una silla, colocamos nuestro pie en el muslo opuesto. De esta forma, cogemos los dedos de los pies con una mano y tiramos de estos hacia la zona del tobillo. Debemos alargar esta acción hasta que notemos que la parte inferior del pie nos tira, además del cordón del talón. Con la otra mano, tenemos que masajear el arco del pie. Ambas acciones debemos mantenerlas durante unos 10 segundos y repetir la acción 10 veces con cada pie. ¿Qué logramos con este ejercicio? Los especialistas de Podoactiva acuden al rescate: “este tipo de estiramiento es adecuado para prevenir los síntomas de la fascitis plantar, además de evitar su aparición”.

2. Agarra una toalla

Deja una toalla o un trapo de cocina en el suelo, delante de ti. A continuación, sitúa los dedos de tu pie en el extremo de la toalla y arrúgalos para lograr que dicho trapo o toalla venga hacia ti. Es preciso repetir este estiramiento 5 veces con cada pie. El objetivo de esta actuación es “fortalecer los músculos de la parte superior de nuestro pie y también de nuestros dedos”. Una vez tengamos dominado este ejercicio, desde el centro podológico nos aconsejan introducir un elemento más de dificultad: colocar un peso pequeño en el extremo de la toalla o del trapo en cuestión.

3. Pies que son manos

En demasiadas ocasiones, los dedos de nuestros pies son los grandes olvidados de nuestro entrenamiento. Pensamos que no sirven para nada, sobre todo en comparación con sus homólogos de las manos. Pues nos equivocamos de lleno. “Fortalecer los músculos de la parte inferior de nuestros pies y nuestros dedos forma parte del equilibrio esencial que necesitamos tener para correr con las máximas garantías”, aseveran los expertos de Podoactiva. Por este motivo, nos sugieren esta actuación: la recogida de elementos con los dedos de nuestros pies.

Vamos pues, con el ejercicio en cuestión. Podemos colocar alrededor de 20 canicas o algún elemento similar que tengamos por casa enfrente de nosotros. Al lado, un tazón pequeño. El propósito no es otro que guardar cada canica dentro del recipiente, recogiéndolas con los dedos de nuestros pies. Primero con un pie y después con el otro. Se trata de un ejercicio muy simple en el que, al principio, nos daremos cuenta de lo olvidados que tenemos esta zona de nuestro cuerpo.

4. Haz rodar una pelota o una botella

Se trata de uno de los ejercicios que, de buen seguro, os sonará si ya estáis avezados a este tipo de actividades. Hacerlo con una pelota de tenis o con una botella que todos podemos tener por casa ayuda a facilitar mucho las cosas y la ejecución de dicho acto. Es muy fácil. Tenemos que poner la pelota en el suelo, cerca de nuestros pies. Ponemos el pie encima de la misma y debemos hacerla rodar, incrementando o disminuyendo la presión de forma paulatina. Lo más recomendable, según nos apuntan desde Podoactiva, es realizar dicha acción alrededor de 2 minutos con cada pie. Se trata de un ejercicio que “nos ayudará a aliviar el dolor del arco del pie, además de los síntomas de la fascitis plantar”.

5. Trabajo el tramo del Aquiles

Se trata de un ejercicio que, en este caso, deberemos hacer de pie. Debemos colocarnos delante de la pared o de una silla, con los brazos extendidos y con las palmas en la pared o en el borde de la silla. Un pie detrás con la rodilla recta y debemos doblar la rodilla sobre la pierna contraria. Es fundamental que los dos talones queden planos en el suelo, sin levantarlos un ápice. A continuación, es preciso que nos inclinemos hacia delante como si quisiéramos derribar la pared, “hasta sentir que el tendón de Aquiles se estira, así como también el músculo de la pantorrilla”. Hay que mantener dicha presión durante unos 30 segundos por pierna y repetir el ejercicio 3 veces con cada una.

Bonus track: caminar por la playa

Tal y como hemos visto, se trata de 5 acciones que podemos implementar fácilmente en nuestro hogar. Llevarlos a cabo un mínimo de tres veces por semana sería más que suficiente. Al mismo tiempo, los especialistas de la clínica podológica consultada nos ofrecen otro consejo, fácil de llevar a cabo para aquellos que viven cerca del mar: caminar descalzo encima de la arena. De esta forma, “lograremos fortalecer y estirar los pies y sus consiguientes dedos”. No se trata de correr ni nada por el estilo, “sencillamente disfrutar de caminar encima de la arena, descalzos, y notando como la base de nuestro organismo aguanta todo nuestro propio peso”. Eso sí, para los más osados, aviso a navegantes, “caminar por la arena es mucho más cansado que hacerlo encima de otra superficie más estable”.

Información de contacto:

www.podoactiva.com


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