(23-1-2019). Puede estar 24 horas dando vueltas a una pista de atletismo. Sumando de 400 metros en 400, puede llegar a completar más de 270 kilómetros. Y siempre con pasión y una sonrisa inquebrantables. Es Iván Penalba. Desde la humildad y la solidaridad, este corredor se ha convertido en el mejor ultrafondista del mundo en 2018.
En menos de 2 años dedicado en cuerpo y alma a la ultradistancia, Iván Penalba (natural de Alfafar, Valencia, 27 años), se ha hecho un hueco entre los más grandes. Su secreto, disfrutar de cada momento. Sabe de lo que habla en su particular aplicación del carpe diem, ya que le ha tocado vivir una situación familiar dura. Su madre padece Alzheimer desde hace más de 4 años.
Si echamos la mirada hacia atrás, hace 4 años eras un corredor totalmente desconocido en el mundo de la ultradistancia. Te preparabas para correr el que fue tu primer maratón, en Valencia. ¿Qué te motivó a correr más?
Llevaba mucho tiempo corriendo medias maratones hasta que por fin me decidí por correr el maratón de Valencia, que está al lado de mi casa como el que dice, además de ser uno de los mejores maratones de España. Me salió fenomenal, cumpliendo mis expectativas (la completó con un excepcional crono de 2:42). Fue algo inolvidable para seguir motivado y me di cuenta de que cuanta más distancia hacía mejor me sentía.
Y a partir de aquel momento, empezaste a correr carreras de ultrafondo. De hecho, tu primera gran victoria fue hace 2 años en las 12 horas de pista en Can Dragó (Barcelona). ¿Cómo te cambió aquella victoria?
Tras mi buen resultado en el maratón, me propusieron correr esta prueba solidaria en Can Dragó y no me lo pensé dos veces (admite, solícito). Y acabé ganando, lo cual quizás fue lo de menos, ya que lo pasé en grande, disfrutando mucho y teniendo ganas incluso de correr más cuando completé esas 12 horas dando vueltas a la pista. Y esa victoria cambió por completo mi mentalidad, ya que me di cuenta de que me apasionaba tirarme horas y horas corriendo. Y, además, también se me daba bastante bien. Todo ello fue decisivo para que el año siguiente (2017) hiciera el paso definitivo a pruebas de ultradistancia de 24 horas.
Me di cuenta de que me apasionaba tirarme horas y horas corriendo
Actualmente, dentro del mundo de la ultradistancia, compites en carreras de varias distancias: desde 50 kilómetros a pruebas de 24 horas, pasando por carreras de 100 kilómetros, de 6 horas, además de correr algún maratón o medio maratón. Pero, centrándonos en las carreras más largas, de 24 horas, ¿una carrera que dura lo mismo en Barcelona o Taipei puede diferir mucho?
Todas las carreras de 24 horas son muy complicadas, ya que el factor psicológico y físico que comportan es realmente muy duro. Más que quedarme con una carrera u otra por la dureza, sí te puedo decir que las condiciones meteorológicas son las que pueden condicionar una competición u otra. En este sentido, considero igual de dura cualquier carrera de 24 horas, se dispute donde se dispute. Eso sí, en las que hay más nivel de atletas, es más fácil llevar a cabo una buena marca.
El pasado mes de abril batiste el récord de España de 24 horas durante el Campeonato Nacional de África de 24 horas, celebrado en Sudáfrica. Dando vueltas al tartán, fuiste capaz de completar un total de 249’3 kilómetros. Un hito que, a pesar de todo, no te valió para poder ir al Europeo de la distancia (a finales de mayo en Rumanía) por la falta de confianza del seleccionador español. ¿Es una espina que aún tienes clavada?
No, la verdad es que no es una espina que tenga clavada, porque quedan aún muchos campeonatos por venir. Tengo claro que iba a Sudáfrica para hacer una acción social y ayudar a unos chicos y enseñarles que a través del deporte se puede salir de muchas situaciones complicadas. Dos semanas antes de la competición, el seleccionador me comentó que si quería ir al Europeo debía renunciar a correr en Sudáfrica porque creía que no estaría recuperado a tiempo. En ningún momento lo dudé, ya que priorizo las acciones solidarias y sociales por encima de los resultados, además de disfrutar y sentir algo más allá del placer personal en lo que hago. Jamás cambiaría mi aporte solidario por un Europeo, Mundial o unas Olimpiadas.
Jamás cambiaría mi aporte solidario por un Europeo, Mundial o unas Olimpiadas
Eso sí, tú mismo batiste tu propio récord meses más tarde, en junio, en Alemania en un doble registro: 151’997 kilómetros en 12 horas y 273’670 en 24 horas. Es la mejor marca de la historia española en esta distancia y la 11ª del mundo en todos los tiempos. ¿Qué supone este registro para ti?
Fue algo muy especial. Realmente no me lo esperaba (confiesa franco). Fluyó todo de forma perfecta. Iba para correr 12 horas, pero cuando completé ese tiempo decidí continuar. Y fue realmente especial porque justo en esa prueba estaban también mis padres y mi abuela. Eso me impulsó a conseguir algo histórico que aún no me explico del todo cómo salió. Fue una jornada mágica en la que disfruté muchísimo, es uno de los mayores recuerdos que tengo de mi vida, tanto en mi vida deportiva como emocional y personal.
Esta marca de 273’670 kilómetros te situó al frente del ranking mundial de 2018, superando los 268’588 del polaco Andrej Radzikowski.
Sí, es algo que me hace mucha ilusión. Es un pequeño premio que dedico a toda mi familia y a todos mis apoyos, que son la clave para que yo siga rindiendo.
¿Qué importancia tiene Fabián Campanini –tu entrenador y seleccionador argentino de ultradistancia- en tu eclosión como corredor?
Fabián es fundamental, es la clave en mi evolución, tanto a nivel profesional como personal. Me cuida y me apoya al 100% en todo. Me hace vivir al límite y con muchas ganas, por lo que le estoy eternamente agradecido.
¿Qué es lo más difícil de correr durante tanto tiempo en una misma superficie de 400 metros?
Lo más complejo es mantener la concentración, tratando de solucionar los pequeños problemas que van surgiendo y crear como una especie de juego para que las horas vayan pasando y tratar de evadirte de la realidad a través de micro objetivos. Si te paras a pensar en lo que estás haciendo, seguro que lo acabarías dejando.
Más que talento creo que el ultrafondo es pasión, sacrificio y disciplina
Corres por todo el mundo pruebas de ultra distancia. ¿Cuál es la que más te ha gustado?
Casi todas las carreras en las que he participado han sido especiales. Pero si me tuviera que quedar con una, quizás te diría tres (y sonríe). Éstas serían las carreras de Sudáfrica, Alemania y Taipei. Han sido las tres pruebas que más me han llegado al corazón. La de Sudáfrica porque incluso fue más allá de la prueba. Estuve allí tres meses allí conviviendo en una experiencia que, al final, terminó –como ya hemos comentado- con un récord de España incluido. En Alemania también fue precioso porque pude contar con todo el apoyo de mi familia y volví a batir el récord de España, además de establecer la mejor marca mundial de la pasada campaña en 24 horas. Y, en último lugar, la carrera de Taipei porque es la que tiene más nivel de todo el mundo y me llevé la victoria y una vivencia cultural junto a mi entrenador que también me llenó mucho a nivel personal (acabó con un registro de 258’890 kilómetros en 647 vueltas).
¿Con qué característica te quedarías para definir el mundo del ultrafondo: pasión, pundonor, sacrificio, talento?
Sin lugar a dudas, me quedaría con la pasión (admite con una cara llena de convencimiento). La pasión por querer vivir esta forma de vida que es el ultrafondo. Para preparar y afrontar una competición de ultrafondo debes sentirla, no sólo vale con entrenar. Para estar 24 horas haciendo lo mismo, te debe apasionar correr y, sobre todo, te tiene que apetecer hacerlo. Por lo tanto, más que talento creo que el ultrafondo es pasión, sacrificio y disciplina.
Ya sea invierno o verano, tu despertador siempre suele sonar a la misma hora, a las 5 de la mañana. ¿Qué es lo más duro del sacrificio de ser un corredor de largas distancias hasta convertirte –como en tú caso- en el mejor del mundo?
Así es, casi cada día es igual al anterior. Y añado, por la tarde, otra segunda sesión. E incluso algún día añado otra sesión más para acabar el día con 3 entrenamientos, depende en qué período de mi preparación me encuentre. Lo más duro es encontrar la motivación diaria para llevar a cabo todo este tipo de entrenamientos, sin que llegue a ser un sufrimiento. Es fundamental verlo como algo más de tu vida cotidiana, como cuando vas a comer o al supermercado. Y lo más difícil es tener la motivación ideal para realizar una preparación adecuada (vuelve a repetir) y afrontar la competición con las ganas de disfrutarla, ya que si no se hacen eternas. La fuerza de los sueños es la mejor gasolina para siempre mirar hacia adelante, tanto en el deporte como en la vida.
¿La ultradistancia ha provocado que le hayamos perdido el respeto a otras distancias como puede ser el maratón?
(Reflexiona un instante antes de contestar). Yo creo que sí. Los corredores y corredoras buscan cada vez retos mayores. Sin embargo, mi humilde opinión es que hay que estar preparado para este paso. No hay que lanzarse al vacío sin tener una preparación y base previas. Soy partidario de llegar a cualquier competición preparado, ya que entonces se convierte en una auténtica fiesta y hay que disfrutarla y saborearla. El día de la carrera debería ser un premio y lo más duro debería ser el entrenamiento.
La fuerza de los sueños es la mejor gasolina para siempre mirar hacia adelante, tanto en el deporte como en la vida
De pequeño, junto a tu padre, entrenabas a chicos del fútbol base en Alfafar. ¿El deporte de base es injusto con el atletismo ya que muchos niños y niñas se sienten atraídos por un deporte de masas como puede ser el fútbol?
Podríamos decir que sí, que es un poco injusto, pero así está establecido todo. El fútbol es el deporte que reina en España desde hace muchos años y le quita protagonismo a otras disciplinas. No obstante, creo que el atletismo se está popularizando también entre los más pequeños y siempre que tengo ocasión trato de hacer un poco de pedagogía en este sentido.
Sin ninguna duda, el atletismo puede ser un gran referente. Por ejemplo, en tu caso, impulsas el “Proyecto Solidario Creando Sonrisas”, un proyecto a través del cual quieres ayudar mediante grandes retos deportivos a crear sonrisas. Has completado ya 16 medias maratones de las 50 que quieres completar por todo el país, pero siempre que tienes ocasión aprovechas para lucir esta filosofía de vida en tu camiseta.
Es un proyecto que llevo conmigo desde que empecé a competir. Y en cualquier competición en la que participo trato de llevar a cabo una acción solidaria y social con la que poder ayudar a aquellas personas que más lo precisan. Como bien dices, llevo 16 medias y mi intención es completar 50, una por cada provincia de España. Mi objetivo es concienciar a la sociedad de que con pequeñas acciones, a través del deporte que mueve a tanta gente, se puede ayudar mucho a una sociedad con la que estamos en deuda. Y a través del deporte, podemos ser un ejemplo de solidaridad para con los niños. De hecho, es indispensable para mi tener esta idea en la cabeza en cualquier carrera que participo y es algo que me mantiene muy motivado (argumenta con sinceridad).
Quiero demostrar que podemos afrontar la vida con optimismo a pesar de los contratiempos que ésta nos pueda ofrecer durante el trayecto
Por tu experiencia personal, sabes cómo afecta una enfermedad neurodegenerativa como el Alzheimer –tu madre la padece desde hace más de 4 años-. En el fondo, corriendo y con tu persistencia, ¿quieres dar también un ejemplo de lucha por la vida?
Se trata de una enfermedad compleja, que sólo pueden entender aquellas familias que lo viven en primera persona. En mi caso, se trata de una motivación extra el hecho de poder dar visibilidad a esta enfermedad y demostrar que podemos afrontar la vida con optimismo a pesar de los contratiempos que ésta nos pueda ofrecer durante el trayecto. Y se puede superar este tipo de dolencias teniendo una actitud positiva y siempre con una sonrisa dibujada en el rostro. Podemos sobreponeros a cualquier circunstancia en la vida y luchar por nuestros sueños que, en mi caso, es correr largas distancias. Cualquier cosa que salga del corazón y que se desee se puede lograr. La lucha diaria contra el Alzheimer, de hecho, es mucho más dura que correr una competición de 24 horas.
¿Correr durante tantas horas también es una forma de liberación personal?
Sí, sin ninguna duda. Creo mi propia burbuja cuando entreno y compito. Y en esa realidad que creo, soy feliz. Y de tanto creerme que soy feliz al final lo plasmo también en mi otra realidad, la personal, que es mucho más dura. Correr me sirve para desconectar y para coger energía y poder afrontar toda mi vida con positivismo y una gran sonrisa.
Cada vez hay más firmas que confían en ti. ¿Pero se puede vivir del ultrafondo sin ayudas institucionales?
Haber ganado en Taipei me ha abierto muchas puertas a nivel de patrocinadores. No obstante, es triste pero, a día de hoy, no se puede vivir del ultrafondo. El aporte económico es muy escaso y prácticamente no da para vivir de ello, aunque es una situación que va mejorando poco a poco. Espero poder vivir de ello algún día, sería mágico, ya que es mi absoluta pasión.
Información de contacto:
Facebook: Ivan Penalba Lopez
Instagram: @ivanpenalbalopez
Twitter: @Ivanpenalba88
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