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RUNNING

Qué tener en cuenta al comprar guantes para running

Consejos de Deporvillage

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(9-1-2019). Las extremidades son las partes del cuerpo que más sufren las bajas temperaturas del invierno, incluidas las manos, y hay que protegerlas con soluciones que aíslen del frío y protejan. Con la ayuda del portal Deporvillage, os damos algunas pautas a tener en cuenta a la hora de adquirir unos guantes de running, para seguir disfrutando de salir a correr, independientemente de la temperatura exterior que marque el termómetro.

Cuando llega el frío, los guantes para running deben ser una prenda imprescindible, fundamental, en nuestra indumentaria como atletas. Y es que es básico que nuestro cuerpo mantenga su temperatura habitual para rendir a gran nivel.

Al igual que usamos camiseta térmica, gorro o mallas largas para combatir el gélido, hay que incorporar los guantes. Si hay alguna zona de nuestro organismo que sufre con las bajas temperaturas, éste debe trabajar de forma complementaria, con lo que ello implica a nivel de gasto de energía extra. Hay que tener en cuenta que quizás no todos los corredores precisan el uso de esta prenda, ya sea porque residen en una zona cálida o bien porque, por su propia anatomía personal, no los necesitan. Sin embargo, son muchos los que, ya sea por el frío exterior o bien para poder preservar bien el calor del propio organismo, hacen uso de este complemento.

Unos buenos guantes nos ayudarán a preservar nuestras manos para no pasar frío, además de evitar los molestos picores e inflamaciones que podemos sufrir. Pero su labor incluso puede ir más allá. Y es que algunas personas –a causa de su propia circulación sanguínea- padecen más frío en las extremidades –manos y pies- que la mayoría. En algunos casos, su uso puede ser alterno. Nos explicamos. Empezamos a correr y el cuerpo, en su función de motor, necesita unos minutos para coger temperatura y ofrecer su máximo rendimiento. En este sentido, algunos y algunas runners sólo se los ponen durante los 10-15’ primeros minutos de una salida y después, con el aumento de la temperatura del cuerpo y de la refrigeración del mismo a través del sudor, estos les son sobrantes y los guardan en el bolsillo. Está claro que hay corredores de todo tipo.

¿Qué ocurre si salimos a correr sin guantes y hace frío?  

Hay que advertir que correr con las manos a la intemperie, si hace mucho frío, puede tener una serie de consecuencias negativas. Una de ellas, la más común, es la aparición de sabañones. Conocidos técnicamente como eritema pernio, se trata de una inflamación de la piel que tiene lugar cuando estamos expuestos durante bastante tiempo bajos los efectos del frío o de la humedad. Hay que advertir que se trata de una dolencia que también puede aparecer en otras zonas del cuerpo como los pies o las orejas. Eso sí, lo más habitual es que se muestren en las zonas más expuestas -y no cubiertas- ante las bajas temperaturas.

¿Por qué ocurre esto? Hay que tener en cuenta que en las manos tenemos muchas terminaciones nerviosas y sensoriales, lo que genera que esta extremidad sea una de las que posee mayor sensibilidad en todo nuestro cuerpo y, en el caso que nos ocupa, al frío. Teniendo en cuenta esto, e independientemente de que aguantemos mejor o peor lo gélido, los expertos recomiendan su uso cuando el mercurio del termómetro marca valores por debajo de los 5 grados. En este caso de frío moderado (de 0 a +5º C), nos bastaría usar guantes de Polartec 100, Polartec Powerstrech o materiales similares.

Los músculos que tenemos en las manos no tienen nombres tan bizarros como cuádriceps o bíceps, pero juegan un rol básico para un correcto funcionamiento en el movimiento de nuestros dedos. Hay que tener en cuenta que no disponen del tamaño de otros grupos musculares, por lo que el flujo sanguíneo y mantenimiento de la temperatura es distinta. Así, mientras trotamos, las manos –junto a los pies- serán uno de los puntos a los que les costará más elevar la temperatura. Seguro que muchos de vosotros conocéis la sensación de no sentir los dedos durante los primeros minutos de una salida con bastante frío –hasta que no se calientan lo suficiente-.

Paralelamente a este grupo muscular menor, hay otro factor que también juega en contra del mantenimiento y logro de una temperatura adecuada: Las manos tienen una cantidad de grasas muy baja. Y hay que recordar que la grasa es un buen termorregulador que ayuda a protegerse contra las bajas temperaturas. Por el contrario, en las zonas con más grasa acumulada se siente mucho menos la frigidez.

Tipos de guantes para correr

Si debemos seleccionar 2 características esenciales para nuestros guantes, serían estas: que ofrezcan la protección que necesitamos (térmica o térmica más impermeable) y que los dedos se sientan libres y no fatiguen la mano cuando los flexionamos para no perder sensibilidad. Tal y como hemos manifestado con anterioridad, está claro que hay todo tipo de sensibilidades, pero los guantes deberían ser usados –indefectiblemente- a partir de temperaturas por debajo de los +5ªC.

En función de los materiales y de las características técnicas, podemos encontrar diversos modelos: desde guantes ligeros, para temperaturas que para algunos no son frías; guantes más gruesos para un día de invierno total; los guantes térmicos, que de hecho son los que ofrecen una protección mayor contra las bajas temperaturas y contra el viento –en este caso, también tienen incorporada la función windstopper-; y, en último lugar, encontraríamos los guantes más gordos y extremos que, más que correr con ellos, nos ayudarán a combatir las condiciones más extremas en una jornada fría y con nieve en alta montaña.

Con la evolución de los materiales aplicados al mundo del correr, la selección que podemos encontrar es muy variada. En este aspecto, pueden surgir algunas dudas. Por ejemplo, ¿es viable aprovechar aquellos guantes de lana que tenemos guardados desde hace años en el fondo del armario? Con el sudor, este tipo de guantes se mojan fácilmente y, por su material, no se secan con rapidez. De todas formas, en un primer momento y en condiciones de frío no demasiado extremas, pueden servirnos. Eso sí, en el caso de que debamos traccionar o apoyar nuestras manos con los bastones, se deslizan con demasiada facilidad, por lo que podemos sufrir alguna abrasión. Su uso, por lo tanto, sería no técnico.

Un guante de uso universal, pues, podría ser uno del tipo windstopper. Son ligeros, suficientemente impermeables en caso de lluvia o nieve, además de ser cortavientos. Su eficacia está más que probada hasta temperaturas cercanas a los 0 grados. Su peso –son muy ligeros- y su polivalencia son sus principales puntos fuertes, incluso para días con lluvia y uso de bastones. Si las condiciones meteorológicas ofrecen valores por debajo de los 0 grados, deberíamos apostar por un guante con una membrana impermeable de alta calidad como puede ser el Gore-Tex o materiales similares, ya que algunas marcas tienen su propia tecnología. Además, acostumbran a tener un relleno térmico grueso (fibras como Primaloft/Thermolite/Thinsulate…) y están totalmente indicados para temperaturas que van desde los -5ºC a los -20ºC.

Guantes o manoplas

Esta es otra cuestión que puede abordarnos si debemos adquirir nuestro ejemplar para combatir el frío. La respuesta sería depende. En primer lugar, los dedos juntos siempre se muestran más calientes, ya que el contacto entre ellos conlleva que el calor se mantenga de forma más uniforme. Eso sí, esta ventaja del uso de una manopla puede girar y ser un inconveniente si lo que buscamos es tener precisión con nuestras manos. Esto es, si únicamente deseamos correr y nada más, el uso de manoplas podría ser positivo, siendo conscientes que en caso de caída no tendremos la misma capacidad de reacción a la hora de poner las manos en el suelo. Por el contrario, si debemos correr con palos o bien debemos apartar alguna rama imprevista que se interpone en nuestro camino, está claro que no tendremos la misma precisión de la que gozamos cuando tenemos todos los dedos libres.

La elección de la talla, esencial

Como cualquier prenda que se precie dentro del mundo del running, seleccionar la talla adecuada es básico para que dicha prenda cumpla con su función prestablecida. No obstante, en el caso de los guantes, esta afirmación cobra incluso un plus de significación. Y es que unos guantes demasiado pequeños o, por el contrario, demasiado grandes, pueden no cumplir con su función concreta. De esta forma, hay que visitar el catálogo de tallas de cada marca en cuestión y, a ser posible, probarse el ejemplar escogido previamente. Hay que tener en cuenta un consejo para saber que el guante se adapta a nuestra mano –aparte de medir nuestra mano tal y como se muestra en la imagen genérica adjunta, tomando la medida de la palma de la mano en la base de los dedos-. El guante debe sernos cómodo y, aquí va el truco, nuestros dedos no deben tocar la punta del mismo. Debe sobrarnos, más o menos, una medida de 0’5 centímetros.

Cómo escoger la talla de guantes. Fuente: Deporvillage.

El precio de unos guantes, en función de la tecnología que aporten y del uso que les vayamos a dar, puede variar de forma significativa. Así, podemos encontrar un ejemplar menos técnico por unos 20 euros a guantes impermeables y térmicos que pueden costar cerca de 80 euros o más.

 

Información de contacto: www.deporvillage.com


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