(24-4-2019). Con las salidas y continuos usos, las zapatillas de correr acumulan suciedad que, al margen de resultar poco estética, puede ser nociva para el rendimiento óptimo del calzado en los pies de los corredores. Os traemos algunos consejos a tener en cuenta a la hora de limpiar nuestra herramienta más preciada.
Lo primero y fundamental a tener en cuenta es que todas las marcas desaconsejan meter las zapatillas de running en la lavadora, ya que éstas pueden perder buena parte de las propiedades y eficacia de la tecnología con las que han sido diseñadas.
Con esta primera premisa clara, ¿qué pasos es aconsejable seguir para lavarlas? Para elaborar este artículo, hemos contactado con la firma nipona Asics, que tiene perfilado un documento en el que explican, al pie de la letra, cómo debemos quitar la suciedad de nuestras zapatillas.
Un documento en el que destacan que todas las zapatillas, sea cual sea la superficie para la que han sido diseñadas, están pensadas para ser resistentes. Eso sí, esta capacidad de resistencia no significa que no debamos cuidarlas con mimo.
El director global de Línea de Producto de Calzado de Asics, Westin Galloway lo expresa en estos términos: “Las fibras sintéticas, las técnicas de pegado, la espuma y las costuras de nuestras zapatillas están diseñadas con todo cuidado para ofrecer una óptima experiencia en carrera”. Y, por este motivo, “toda técnica de limpieza que no sea natural puede dañar la integridad de las mismas, cambiarles la forma o empeorar nuestra experiencia al usarlas”. Más claro que el agua. Y nunca mejor dicho en este caso. Y nos pone un ejemplo muy gráfico lanzando una pregunta al vuelo: “¿Verdad que no lavarías un jersey de cachemira en la lavadora?”
Ingredientes para adecentar nuestras deportivas
Teniendo en cuenta qué es lo que no debemos hacer, pasamos al paso siguiente. Desde la multinacional japonesa nos cuentan sucintamente qué elementos requerimos para limpiar nuestras zapatillas. Son los siguientes:
- Detergente suave o jabón seguro para el lavado de ropa
- Un cepillo suave o un cepillo de dientes
- Una esponja
- Unas toallitas de papel
- Un cubo de agua templada
El proceso de lavado
Una vez tengamos todos estos ingredientes, pasamos a cocinar nuestro plato que, en el caso que nos atañe, es dejar nuestras deportivas como nuevas. Debemos lavar las diferentes partes por separado con el jabón y el cepillo y la esponja. Lo primero que debemos hacer es sacar los cordones y las plantillas. Posteriormente, añadimos un par de cucharadas de detergente suave al cubo de agua templada. Antes de mojar las zapatillas, retiramos los restos de barro y suciedad con una toallita de papel seca. El cepillo lo usaremos para adecentar las suelas exteriores tras haberlas enjuagado con una esponja o toallitas húmedas. A continuación, lavaremos la parte superior, lo que conocemos como el upper. Lo más recomendado es hacerlo con una esponja húmeda con jabón y restregamos todas las partes con suavidad. Un consejo, no sumerjas nunca la zapatilla en agua.
Ulteriormente, nos centramos en el interior de las deportivas. Con agua y jabón, y ayudándonos de un cepillo de dientes o de un cepillo suave, las lavamos con paciencia. Después, para cerrar el círculo, nos centramos en las partes que habíamos retirado inicialmente, cordones y plantillas. Las plantillas con agua con jabón –y usando nuevamente el cepillo y sin sumergirlas tampoco en agua a no ser que estén totalmente embarradas- y los cordones con agua y jabón. En este caso, el de los cordones, sí los podemos poner bajo el agua del grifo. De hecho, incluso podemos ir más allá. Si están muy sucios, podemos ponerlos dentro de la lavadora –eso sí, de forma puntual, no como regla general-.
Siguiendo todos estos pasos –a poder ser en el orden descrito- ya tendríamos a nuestras amigas inseparables de decenas de kilómetros con una mejor cara. Pero aún no habríamos terminado. Nos faltaría aún un paso más en esta sucesión.
La importancia del proceso de secado
Y es que el proceso de secado también forma parte de todo el procedimiento y, por ende, también merece nuestra atención. El saneamiento de nuestras zapatillas es un todo indivisible desde que empezamos a lavarlas hasta que éstas están disponibles ya para que nos las volvamos a calzar y salir a rodar con ellas. Una vez hayamos saneado todas las partes de las deportivas, debemos secarlas al aire libre introduciendo toallitas de papel en su parte interior. Este es un detalle importante, ya que estas toallitas absorberán parte de la humedad interior, además de permitir que las zapatillas mantengan su forma y horma originales. Por cierto, un apunte acerca del proceso de secado: No hay que caer en el error de situarlas las deportivas encima o cerca de un radiador, o bajo la luz directa del sol con pretexto de que se van a secar antes. Y es que, si seguimos estas desaconsejados pasos, desde Asics nos advierten que las zapatillas podrían dañarse.
Si quieres evitar los malos olores y algún resto de humedad que haya podido quedar en el interior de tus zapatillas, tienes la opción de espolvorear bicarbonato sódico en su corazón.
Lo que nunca debemos hacer, bajo ningún concepto
Si habéis llegado a este punto, os habréis dado cuenta de que la lavadora es nuestro principal enemigo. Como también lo es la lejía o los productos de limpieza para el hogar. Bajo ningún concepto debemos emplearlos en este caso.
Y, en último lugar, aunque el proceso de secado sea algo más lento, no debes caer en la tentación de meter dentro de la secadora a tus compañeras de fatigas. Por lo tanto, si no quieres esperar a que tus zapatillas estén ya en plenas condiciones, lo más recomendable es tener un par de ellas para poder alternarlas.
Si seguimos todos estos consejos, alargaremos la vida útil de nuestras zapatillas, además de mantener lo máximo posible su imagen original. Y un último aspecto a tener en cuenta acerca de cuándo es mejor lavar nuestras deportivas. Si hemos llegado muy sucios o embarrados tras nuestra salida, es preciso no dejar que esta suciedad se incruste en ellas. Lo ideal es lavarlas cuanto antes, a pesar de que realmente no nos apetezca absolutamente nada y estemos cansados. Si dejamos pasar las horas, todo ese polvo y lodo puede agarrarse a la zapatilla y siempre nos costará mucho más quitarlo. Las acicalemos con agua, toallitas y pincel o no, lo que sí debemos hacer siempre tras volver a casa, sí o sí, es airear las zapatillas después de usarlas para evitar que se humedezcan y cojan malos olores.
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