(11-12-2012). No le gusta hablar de poder llegar a ser “la primera” mujer invidente en alcanzar el techo de Europa porque “es un término muy competitivo”. La alpinista Carmen Ponce, formando equipo con la Guía de Montaña Profesional AEGM/UIMLAl especializada en Deporte Adaptado Nuria Hijano y la atleta Ana Isabel Estévez, han puesto en marcha el proyecto ‘Cumbres sin Vistas’ que, más allá de intentar lograr la primera ascensión de una mujer ciega al Elbrus, pretende conseguir avances en el deporte integrado y motivar a otras personas “a luchar por sus sueños”.
¿Cómo surgió la idea de poner en marcha este proyecto?
Nuria (N): Soy guía profesional de montaña y me he especializado en deporte adaptado, colaboro habitualmente con la FEDC y ya organizo una carrera por montaña integrada. Siguiendo este camino, me surgió la idea de hacer un proyecto de Integración y Discapacidad en Alta Montaña, formado por un equipo íntegramente femenino, ya que la presencia de mujeres en este deporte es escasa. El Elbrus, con sus 5.642m, cumbre de Europa, es un balcón ideal para lanzar un mensaje por la integración de la personas al margen de género o discapacidad.
¿Desde cuándo salís juntas a la montaña y qué tipo de salidas/expediciones habéis hecho juntas hasta el momento?
N: Ana y yo nos conocimos hace unos años compitiendo en esquí de montaña y carreras por montaña, desde entonces somos cordada habitual en montaña y solemos salir en España y Alpes. Soy guía de Carmen desde hace dos años y me ha demostrado la fortaleza del ser humano ante la adversidad, su perseverancia y tesón son dignos de un “ochomilista”. Es Campeona de España y Para Sky Games Élite de carreras por Montaña 2012. Ser su guía es muy enriquecedor, pero lo más bonito es tenerla como compañera.
Carmen (C): Desde febrero de 2010. Nuria guió la barra en una de las salidas de montaña que se organizan mensualmente desde la Dirección Territorial de la ONCE en Madrid. Aquel día subimos a la Bola del Mundo con un compañero sordomudo. Desde entonces, y excepto en una ocasión, ella ha sido mi guía en todas las carreras por montaña organizadas desde la FEDC (Federación Española de deportes para Ciegos). También me ha guiado en los SkyGames y en el ParaSkyGamesËlite o en el curso de ascensiones al Teide organizado por la FEDC, entre otras citas.
Ana Isabel (A): A Nuria la conozco desde hace años. A Carmen, aunque la conozco desde hace menos tiempo, la admiro profundamente. Pero uno de los puntos que más me atraen de este proyecto es que lo vamos a realizar tres compañeras, por igual, y que me fío plenamente de ellas. Con Nuria vamos en buenas manos. Y vamos a viajar….y a la montaña….eso siempre es un extra de motivación.
¿Qué es lo que más os atrae de este reto?
C: A mí me atrae la idea de la preparación, el trabajo y el esfuerzo que día a día irá ‘in crescendo’ para poder llegar tan lejos y a tanta altura. Vamos hacia el cono de un volcán caminando entre glaciares. Es un objetivo importante porque nunca lo había hecho ni me lo había propuesto y creo que puedo conseguirlo.
N: Poder compartir la montaña con tres excelentes personas y gracias a ello conocer otras culturas a través del lenguaje universal de los valores del montañismo.
A: Personalmente, lo que más me atrae del proyecto es compartir uno de los tesoros del mundo, la montaña, con tres mujeres, tres compañeras y tres amigas. Creo que es el mejor ejemplo de la frase ” querer es poder”.
¿Creéis que ‘Cumbres sin Vistas’ puede tener consecuencias positivas para la incorporación de más personas con discapacidad al deporte, especialmente mujeres?
C: Espero que así sea, porque cuando se conocen actividades o proyectos como este, pueden surgir inquietudes, curiosidades, deseos y ganas de hacer lo mismo o algo similar. Es una forma de despertar el deseo.
N: Es uno de nuestro objetivos. Creo que el ejemplo de superación de Carmen puede motivar a otras personas a luchar por sus sueños, sean de montaña o personales. Sobre todo considero importante que se normalicen actividades similares y así, avanzar en el deporte integrado.
A: Por supuesto que pienso que puede ayudar a más personas con discapacidades diversas. Muchas veces necesitamos un empujoncito en la vida o un modelo que seguir para realizar algún sueño que tengamos y que, a priori, no nos sintamos capaces de llevar a cabo.
Carmen, ¿qué percepción tienes del tratamiento que se da en nuestro país a los deportistas con algún tipo de discapacidad?
C: No es considerado deportista. Es un “para” deportista, son “para olímpicos”, “para atletas” que participan en “para-juegos”, “para-competiciones” y para olimpiadas” y como nos consideran así: paralíticos, paralelos, nunca tendremos el mismo reconocimiento que ellos. Los discapacitados deberíamos estar en el mundo del deporte como una categoría más y si fuese necesario estableciendo alguna que otra subcategoría para poder agrupar los diferentes déficits funcionales.
El Elbrus será, en junio de 2013, el último reto de este ambicioso proyecto, ¿qué cumbres tenéis previsto ascender antes y cómo os ayudarán a prepararos para el Elbrus?
C: Ya hemos arrancado subiendo el Txindoki el pasado mes de noviembre…
N: A nivel de equipo, y como parte del entrenamiento necesario para afrontar el Monte Elbrus, se ascenderán en invierno algunas de las cumbres representativas de los diferentes sistemas montañosos de España. Participando en del Trofeo Centenario Real Club Peñalara, que formará parte de nuestro reto y optar así al mismo en alguna de las categorías que lo componen. Entre las cumbres previstas, están por ejemplo el Moncayo (2.313 m), el Peñalara (2.428 m), el Mulhacén o la Pica de Estats (3.143 m). Durante todo el invierno realizaremos diferentes salidas a montaña con el fin de entrenar las técnicas de progresión invernal. Además, cada una de nosotras realiza un entrenamiento individualizado y planificado por Gema Quiroga.
¿Qué es lo que más os asusta de este proyecto? ¿Y lo que más os motiva?
C: Personalmente me asusta el frío. Me motiva la cuenta atrás y pensar que lo que haga hoy tiene que servir para hacer algo más y mejor mañana.
N: No es asustar sino más bien respetar: la esencia de la montaña, sus riesgos y la responsabilidad y compromiso que les debo a mis compañeras de equipo. Lo que más me motiva, el día a día preparándote para subir y con esfuerzo (y suerte) otear el mundo desde las cumbres.
Carmen, ¿cómo te entrenas en tu día a día para afrontar las ascensiones?
C: Soy socia de un club deportivo con gimnasio y piscina. Entreno cuatro días en semana. Hasta ahora yo misma me he programado los entrenamientos en seco y en agua con mucha teoría y mucho tiempo escuchando y sintiendo el cuerpo. Para subir al Elbrus contaré con el apoyo de Gema Quiroga, entrenadora y experta en montaña.
¿En qué cambia la logística de la expedición y las ascensiones con una persona invidente? ¿Qué tipo de material adicional necesitáis?
N: Se lleva la barra direccional, inventada por parte del equipo médico de la FEDC, dirigido por J.A. Carrascosa, supuso un gran avance en seguridad y autonomía en el deporte adaptado y permitió alcanzar grandes cumbres como las del Aconcagua, Kilimanjaro o Elbrus. La barra direccional tiene de 2,5 a 3 m de longitud y actúa como nexo de unión de los deportistas aportando seguridad y estabilidad. Permite libertad de movimientos y la participación activa en el equipo por parte del deportista discapacitado que tiene que realizar una lectura y escenificación mental de los movimientos corporales e instrucciones verbales del guía. Es un elemento de seguridad complementario del uso de cuerda en caso necesario.
C: El guía, además de subir y llevar la dirección de la barra, tiene que ir hablando y describiendo las características del suelo para que el ciego anticipe y adapte la pisada.
¿Tenéis financiación de alguna entidad o marca para emprender el proyecto?
N: Financiación económica no. Deportes Koala nos ayuda con descuentos en equipación.
Carmen, ¿qué te parece la perspectiva de convertirte en la primera mujer invidente que alcance el techo de Europa?
C: Ser la primera es un término que no me gusta, es muy competitivo. Yo quiero llegar a la cumbre, sentirla y compartir ese instante con mis compañeras. Ese es el mejor momento, llegar juntas, en buen estado y disfrutarlo con un abrazo, un poquito de agua, un montadito ¿de lomo o queso? Y alguna que otra foto para el recuerdo. Ese momento es para vivirlo allí mismo.
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