(25-10-2013). La profesora terapeuta de chi kung (o Qi Gong, según la fonética china) Anna Margenat Arxé define esta disciplina como “un conjunto de ejercicos, algunos dinámicos y otros estáticos, muy suaves y lentos que se practican sin tensión y que se combinan con la respiración para reforzar y estructurar el cuerpo a todos los niveles”. Margenat, que imparte clases de chi kung en Barcelona y Sant Cugat del Vallès, sostiene que practicar esta técnica originaria de la medicina tradicional china “permite incidir sobre el sistema óseo, tendinomuscular y nervioso, así como sobre las articulaciones y sobre el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo”. Convencida, sentencia que “sentir el cuerpo a través del chi kung aumenta la vitalidad, disminuye el stress y mejora la concentración y el rendimiento intelectual”.