(14-10-2015). La vida es para él una carrera de fondo. Basada en 3 pilares: mente, alimentación y entreno. Corriendo se siente libre. Y completo. Xesc Terés (48 años) ha viajado por todo el mundo. Siempre corriendo. Acaba de volver de Grecia. Ha terminado una de las pruebas más duras que existen: el Spartathlon.
Han pasado más de 2 semanas desde que fuiste finisher del Spartathlon (246 quilómetros de Atenas a Esparta), en poco más de 33 horas. Tiempo suficiente para digerir lo vivido. ¿Cómo valoras tu participación?
Ha sido una experiencia fantástica e increíble desde todos los puntos de vista, deportivo, humano, familiar… He tenido la suerte de poder vivirlo todo, combinado, dentro de una gran prueba. Cuando veo alguna foto o recibo alguna llamada, aún revivo todo lo que supuso para mí esta carrera y me emociono. Pasé momentos realmente muy duros, pero viví sensaciones y emociones que me han marcado. La mente siempre tiende a guardar lo bueno y a olvidar rápidamente lo malo de cada experiencia.
¿Te sientes un poco más cercano a Filípides?
(Reflexiona un poco antes de responder) No. Por lo que me he ido informando, hacer lo que hizo en aquella época es algo increíble. En el tiempo en el que lo hizo y, sobre todo, con el material que llevaba para correr. Realmente, él era un ultra corredor, un deportista… No me puedo llegar a imaginar lo que debía ser correr con aquellos medios y de la manera que él lo hizo.
La mente siempre tiende a guardar lo bueno y a olvidar rápidamente lo malo de cada experiencia
Una carrera es una lección de vida. ¿Qué lección aprendiste en este caso en Grecia?
He aprendido una lección que, cada vez que termino un ultra, me viene a la memoria. La distancia y la dureza de la prueba, por mucho que entrenes, siempre estarán por encima de ti. Puedes correr con muchos planes, pero, a la hora de la verdad, seguro que acaban fallando todos. En el caso del Spartathlon, quizás pequé de ir excesivamente convencido de que había entrenado mucho y de que sufriría a partir del quilómetro 120-150. En cambio, la realidad fue que sufrí a partir del quilómetro 30. Por muy preparado que estés, en un ultra puede pasar de todo. Y también tienes que estar mentalizado para ello. El éxito es precisamente adaptarte a estos imprevistos para llegar a meta. En cada ultra debes reinventarte, nunca sale como tú tenías planificado.
Hizo mucho calor durante toda la prueba. ¿Cuántas veces pensaste en abandonar?
Más que pensar en abandonar, sí tuve miedo de no llegar. En el quilómetro 170 me sentí totalmente vacío, tanto física como mentalmente porque llevaba muchísimos quilómetros haciendo un esfuerzo mental muy grande contra el dolor de piernas y el cansancio. Tenía la sensación de que las pocas fuerzas que tenía no me permitirían ir más allá de los 210-220 quilómetros. Pero la mente es increíble. Unas palabras de mi hijo Ricard, que me acompañó para hacerme la asistencia, me hicieron revivir. “Venga, papa, como me decías tú a mí cuando era pequeño. De aquí a aquí, corre, camina y como mínimo hasta el próximo avituallamiento”. Sé perfectamente que tiene que ser así, periodificar los esfuerzos, pero en aquel momento estaba bloqueado. Y puse en práctica sus palabras y superé el bache. De hecho, los últimos 46 quilómetros prácticamente los hice todos corriendo, sólo parando en los avituallamientos para coger agua.
La distancia y la dureza de la prueba, por mucho que entrenes, siempre estarán por encima de ti
Tu historial es de órdago. Ironman, Ultra Maratón de Badwater, la Ronda dels Cims, Cavalls del Vent, Volta a la Cerdanya, UTMB, Tor des Geants, Maratón des Sables y un sinfín de pruebas más. ¿Pero es el Spartathlon lo más duro que has hecho jamás en el mundo de la ultra distancia?
Creo que sí. Las carreras no son duras por sí mismas, sino que somos nosotros mismos quien las convertimos en duras. Todo este elenco de carreras que comentas tiene unos tiempos de corte bastante abiertos y amplios. Hay tiempo suficiente para acabar. En el caso del Spartathlon, los organizadores han reproducido la carrera de Filípides entre Atenas y Esparta. Al principio, cuando salió de Atenas iba muy rápido y, a medida que fue sumando quilómetros, su velocidad disminuyó. Pues bien, la organización ha trasladado estos tiempos a la carrera. El primer Maratón, por ejemplo, tienes que pasarlo, como muy lento, a 4:10. Es un ritmo suave para un corredor amateur, pero muy exigente si tenemos en cuenta que hay que correr 246 quilómetros en total. No puedes dormirte si no quieres ir estresado toda la carrera.
¿Y así durante toda la carrera?
Los tiempos de corte son muy exigentes hasta el quilómetro 150. Una vez llegas a ese quilómetro, donde hay la parte con más desnivel de toda la prueba (entre el km. 148 y el km. 160 se deben superar 960 metros de desnivel positivo), los tiempos de paso se amplían mucho. Hasta ese punto, te obligan a ir a un ritmo de 6 min/km o un poco más lento, pero después puedes terminar la prueba casi caminando rápido. Pero este estrés inicial te destroza físicamente y también a nivel mental. Es muy duro. Muy, muy exigente. Por este motivo, es una de las pruebas con un índice más alto de personas retiradas, o eliminadas.
Siempre manda la cabeza, somos lo que pensamos
I después de esto ya piensas en nuevos sueños (no te gusta hablar de objetivos). ¿Cómo te recuperas de ejercicios tan extremos como estos?
Lo que siempre manda es la cabeza. Somos lo que pensamos. Disfruto mucho haciendo esto, y me gusta tanto, que las ganas que tengo de hacer cosas nuevas me ayudan a recuperar. No paro para recuperar, ya que pienso que parar en seco es malo. Así, los primeros días hago micro entrenos de 40-50 minutos para mantener el tono muscular a ritmos suaves, y con una pequeña cantidad de calidad para que trabajen otro tipo de fibras. Y una buena alimentación es fundamental. Además, también creo mucho en los efectos positivos de la suplementación. Con un desgaste tan grande, el cuerpo necesita recuperar elementos que ha perdido.
Hace más de 10 años que haces ultra fondo. ¿Qué significa para ti la ultra distancia?
Para mí, la ultra distancia no es una competición, sino que es un viaje, una experiencia que empieza en el mismo momento en que te pones a entrenar. Estás muchas horas solo, que es algo que me encanta. Puedes rencontrarte contigo mismo. Puedes conocer exactamente hasta dónde llega tu capacidad. Un ultra, como puede ser el Spartathlon, con más de 30 horas, pienso que es como una vida concentrada en un tiempo concreto. Naces, tienes un objetivo de vida, de hacer algo (en mi caso, terminar), y culmina cuando llegas a meta, llegando por tu propio pie. El objetivo es disfrutar de todo el camino.
¿Cuál es el momento más difícil dentro de esta metáfora de vida?
Cuando eres adolescente. En la mitad de la carrera. No hay que quedarte flojo ni apretar demasiado. Es un juego de equilibrios. Debes regular todas estas sensaciones. Es lo que más me llena del mundo de la ultra distancia.
La ultra distancia no es una competición, sino que es un viaje, una experiencia que empieza en el mismo momento en que te pones a entrenar
¿Hay que tener una casta especial para ser un ultra deportista?
No, para nada. El requisito es que te guste. Estar 30 horas echado en la cama también cansa, por mucho que te guste dormir. Lo más importante es que no te importe el resultado. Son pruebas en las que entran en juego tantas variables que no puedes obsesionarte con un tiempo o una posición concreta. De hecho, estoy en contra de la profesionalización de la ultra distancia. La misma palabra ya lo dice. Ultra, más allá. Una cosa es el atletismo, una competición, pero un ultra no es esto. No es una competición, sino una vivencia. Cada uno lo vive a su nivel. Es lo mismo. Es la capacidad de vivir lo que haces e ir más allá de tus capacidades. Si te tomas el mundo ultra como una competición, tu vida deportiva tendrá un tiempo limitado, muy corto. Hay que buscar algo más allá de la competición.
Y se llega un día en que debes dejar de hacer todo esto… ¿cómo vas a asimilarlo?
Soy consciente de que no es bueno llevar el cuerpo tan al límite, pero si lo haces de una forma espiritual, dejando de lado la competición, te enriquecerá mucho más a nivel personal, físico…
Si te tomas el mundo ultra como una competición, tu vida deportiva tendrá un tiempo limitado, muy corto
¿Qué harías si la ultra distancia tuviera que dejar de ser tu modus vivendi habitual?
La verdad es que he pensado en ello algunas veces, sobre todo cuando algún amigo o conocido ha tenido alguna desgracia de este tipo. Realmente, veo que mi vida es imposible sin hacer un esfuerzo físico. Pero si no pudiera hacer absolutamente nada, creo que me decantaría por la música. Me volcaría de lleno en este mundo. No toco ningún instrumento, pero me encanta la música. Siempre digo que debo aprender a tocar alguno y vivir la sensación que me aporta el deporte, de sentirme vivo, pero hacerlo, en este caso, a través de la música.
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