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Tormentas en la montaña: Qué hacer y qué no hacer

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Entre las recomendaciones están alejarse de árboles solitarios, apagar todos los dispositivos electrónicos y no acercarse a zonas con agua como lagos o ríos.

(17-7-2019). Una simple tormenta de verano puede convertirse en un gran peligro en medio de la montaña. Sobre todo, si nos coge desprevenidos y sin saber cómo debemos actuar. El guía de montaña Antxón Burcio y la marca deportiva Ternua nos aportan algunos consejos a tener en cuenta.

Bien es sabido por todos que cualquier salida a la montaña que se precie debe tener en cuenta la previsión meteorológica. Aun así, en algunas ocasiones el tiempo puede llegar a sorprendernos. Y el objetivo de este artículo no es otro de tener la máxima información posible de cómo debemos actuar en este tipo de situaciones con meteorología adversa, especialmente en el caso de tormentas eléctricas. Desde la marca deportiva de montaña Ternua, nos ofrecen esta serie de consejos muy útiles, gracias también a los conocimientos específicos del guía de alta montaña Antxón Burcio

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Qué hacer ante una tormenta eléctrica

Un fenómeno meteorológico adverso –especialmente si hablamos de tormentas eléctricas y granizo- puede llegar a complicarnos la vida, e incluso ponerla en riesgo, en la montaña. ¿Cómo debemos actuar? ¿Qué es lo más adecuado? ¿Y cuáles son aquellos actos que debemos evitar siempre? Gracias a esta serie de consejos, a partir de ahora, podremos limitar nuestro riesgo ante situaciones de este calibre. Lo primero, y lo más fundamental, es saber qué debemos hacer, cómo debemos actuar, si nos acecha una tormenta eléctrica:

  • Si no tenemos opción de salir rápido de la montaña, hay que echarse en el suelo y alejarse lo máximo posible de todos los objetos metálicos (esto es, bastones o piolet, por citar sólo algunos ejemplos)
  • Uno de los primeros pasos es el de perder altura y alejarnos de las cimas y las crestas, ya que se trata de lugares en los que estamos excesivamente expuestos
  • Hay que mantener la calma y esperar a que pase la tormenta. Es preciso adoptar una posición de cuclillas, sentados en la mochila o en cualquier otro aislante para evitar que nuestros pies toquen el suelo.
  • En ningún caso hay que correr, sobre todo si estamos mojados, ya que cuando corremos podemos generar una zona de tracción que puede atraer descargas eléctricas
  • Si somos un grupo de personas, debemos alejarnos unos de otros para evitar forma un conjunto
  • Hay que evitar refugiarse en árboles aislados, ya que estos pueden atraer rayos y descargas eléctricas
  • También es necesario alejarse de zonas en las que haya agua: lagos, ríos y arroyos, ya que hay que tener en cuenta que el agua es un elemento conductor de la electricidad
  • Debemos apagar todos los aparatos eléctricos que llevemos encima (teléfono móvil, GPS, emisora). ¿Por qué? Pues porque los campos electromagnéticos que generan este tipo de artilugios son buenos conductores para las descargas
  • Por los mismos motivos ya citados anteriormente, evitaremos acercarnos a zonas donde haya sirgas de tránsito, clavijas, pasamanos o vías ferratas
  • Si tienes el coche cerca, resguardarte en el auto es siempre la mejor opción posible. De hecho, se trata de uno de los mejores sitios en los que resguardarse de una tormenta eléctrica. Cierra todas las puertas, sube las ventanillas e impide que entre el aire del exterior para mantener su hermetismo. De esta forma, estarás totalmente seguro

Antes de programar una salida, conviene consultar la previsión meteorológica y, si se sospecha que puede haber tormenta, abandonar la montaña inmediatamente.

Consultar la previsión y los indicios

Hay que tener en cuenta que las tormentas de verano suelen producirse por la tarde o al final del día, ser muy intensas, pero normalmente tienen una corta duración en el tiempo. Se suelen desarrollar con mucha rapidez, tanta que en muchas ocasiones no somos conscientes de ello hasta que nos vemos envueltos por las nubes grises, la tormenta, el granizo y el fuerte viento.

Más allá de los consejos necesarios cuando nos vemos cercados por un fenómeno meteorológico de este tipo, el trabajo a priori siempre es el mejor consejo. Y es que una buena planificación de nuestra salida y una buena información del tiempo (hoy en día, tenemos muchas herramientas fiables en este sentido) son la mejor vía de actuación. También hay que saber observar nuestro entorno. Hay signos inequívocos de que se aproxima una tormenta: grandes nubes de desarrollo vertical y con base negra son el preludio de la llegada de una tormenta.

También hay otras zonas de riesgo de las que deberíamos mantenernos alejados. Una de ellas son los barrancos. Y es que una tormenta de verano aumenta de forma considerable el caudal de agua de estas zonas, por lo que deberíamos mantenerlos alejados de ellas o intentar salir lo más rápido posible en el caso que estemos cerca. Lamentablemente, la historia de nuestro país tiene algunos incidentes fatídicos de víctimas en este tipo de zonas en tormentas de verano por ahogamientos o lesiones traumáticas.

Material necesario

Cuando veamos las nubes negras que se acercan por el horizonte, hay que poner todos los sentidos en alerta y empezar a actuar. Lo más inmediato es ponerse la ropa de lluvia. Esto es, chaqueta impermeable para nosotros y una funda cubre mochila (si es que llevamos encima una mochila de excursión en lugar de un chaleco de hidratación ligero). En la medida de lo posible, hay que intentar mantener la máxima sequedad posible, ya que la humedad es conductora de la electricidad. Así pues, también es aconsejable abrigarse con ropa caliente debajo de todo nuestro equipamiento para la lluvia.

Las probabilidades de que te caiga un rayo encima

Tal y como hemos señalado, hay algunas zonas a evitar siempre en caso de una tormenta. Las más claras son las zonas despejadas y también los árboles solitarios, porque compran muchos más números en esta lotería de atraer a los rayos. Y hay que recordar una estadística funesta: la probabilidad de que te caiga un rayo en España es de 1 entre 10 millones. La posibilidad de acertar los números de la primitiva, por poner un ejemplo concreto, es de 1 entre 14 millones. Si el impacto de un rayo es directo, provoca la muerte de forma fulminante. Si el impacto, por el contrario, es indirecto, puede provocar lesiones importantes pero es posible poder sobrevivir. Sólo un dato más en este aspecto: más del 70% de los fallecimientos por un rayo se producen entre los meses de junio y agosto.

Es cierto, las posibilidades de verse afectado por un rayo son muy pequeñas. Pero puede ocurrir, sobre todo, si no atendemos a las normas básicas de comportamiento y seguridad en la montaña. Si la previsión del tiempo no es bueno, es mejor no asumir riesgos y exponerse. Es preferible quedarse en el refugio o bien en casa, ya saldremos a correr o a caminar por el monte en otra ocasión y con mejores condiciones.

La montaña no se mueve de su sitio y nosotros sólo tenemos una vida, hay que ser muy conscientes de ello y no emular a uno de los protagonistas de la obra “Romeo y Julieta” de William Shakespeare, que en un momento de la obra dice: “¡Cuantas veces los hombres son felices al borde de la muerte! Quienes los vigilan lo llaman el último relámpago. ¿Puedo yo llamar a esto relámpago?”.

 Información de contacto:

www.ternua.com

@ternua

 


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