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La cadena giró 6,2 millones, un 37,5% más que en 2021, su ejercicio más flojo de los 4 últimos

Máis que Auga se propone crecer un 12% tras rozar ventas prepandemia en 2022

Espera volver a beneficios este año

mais que auga piscina

Máis que Auga afrontó el pasado 2022 unos costes de factura energética de 1,1 millones de euros, que la cadena espera que se mantengan este 2023. Los gastos de suministro han pasado de suponer el 8% hasta el 20% del total de gastos de la cadena gallega.

(2-3-2023). Máis que Auga augura un 2023 de vuelta a beneficios tras cerrar el pasado 2022 con un crecimiento interanual del 37,5%, hasta los 6,2 millones de euros, y rozar las ventas prepandemia. La cadena retomará su inversión en mejoras para sus instalaciones, parado con la pandemia, mientras amplía las soluciones para paliar los sobrecostes energéticos, que en su caso supusieron una factura de 1,1 millones de euros el pasado año.

Máis que Auga afronta un año de crecimiento positivo y de vuelta a los ‘números negros’, tras conseguir cerrar el pasado ejercicio 2022 con una mejora del 37,5% en sus ventas, hasta los 6,2 millones de euros.

Tras dos años pandémicos, en los que los ingresos se han mantenido sobre los 4,5 millones, la cadena gallega logró rozar las ventas prepandemia y “sanear la tesorería”, el principal objetivo que se había marcado la compañía, según admite su director general, Francisco Cortegoso.

Recuperar el 10-12% de socios

A nivel de clientes, la cadena que gestiona actualmente cinco instalaciones, tres Máis que Auga y dos MeUFit, habría logrado recuperar usuarios, tras llegar a perder el 46% de su volumen de abonados en el núcleo fuerte de la pandemia. Aún lejos de las cifras de febrero de 2020, la enseña habría culminado 2022 con un -20% sobre la cifra de abonados de antes de la pandemia. La previsión para este año se sitúa en seguir recuperando, entre un 10 y un 12%.

Por segmentos, a diferencia de muchos operadores, Máis que Auga habría notado una mayor recuperación de clientes adultos mayores, “con menos opciones en la zona para satisfacer sus necesidades de actividad física, especialmente en el ámbito acuático”, señala Cortegoso.

Así como, al igual que la mayoría del sector, un notable incremento de público joven, que habría compensado el principal gap que estaría encontrando Máis que Auga, que se situaría en el rango de los 40 a los 55 años.

Tres líneas de inversión

Para este 2023, la cadena espera mantener a ralla los costes con un incremento calculado de los mismos del 5% respecto al año anterior, y un crecimiento previsto del 12% que le permitiría alcanzar un récord de facturación, hasta los 6,9 millones.

En cuanto las inversiones previstas, la cadena ha fijado tres vías de actuación. Por una parte, retomar la inversión de 30.000 euros en mantenimiento de las instalaciones. Una partida que se paralizó con la llegada de la pandemia y que ha previsto retomar este año, con el objetivo de mejorar la apariencia y el estado de los centros deportivos.

Otra vía será la inversión en maquinaria para el entrenamiento de fuerza, en respuesta a la alta demanda que ha experimentado este segmento. “Vamos a ampliar las zonas de entrenamiento y a renovar maquinaria” explica, admitiendo que la actuación reducirá irremediablemente las zonas de cardio que “raramente se ocupan al 100% en horas punta”.

Por último, Máis que Auga también ha previsto destinar este año una partida enfocada a hacer frente a los costes energéticos, que en su caso se han duplicado, pasando de pagar 500.000 euros al año en factura energética en 2019, a los 1,1 millones en 2022. Un incremento que ha supuesto que los costes de suministros hayan pasado de ser el 8% de los costes totales, a un actual 12%.

Para contrarrestarlo, la cadena va a seguir apostando por la energía fotovoltaica, ampliando la superficie de paneles y pasando a convertirse en productor de energía solar, lo que le permitiría vender el excedente a terceros.

Expansión, a la espera

En cuanto a la expansión de la cadena, Máis que Auga se ha puesto de margen hasta el arranque del segundo semestre de este año para sopesar la posibilidad de crecer en el terreno privado, a través de su marca MeUFit, de la que gestiona actualmente dos clubes.

En lo que se refiere al ámbito público, Cortegoso admite que “si antes del Covid ya era difícil competir, ahora lo es más. Contamos con una capacidad de riesgo más baja y cuesta igualar ofertas”, admite asegurando no cerrar la puerta y seguir estudiando proyectos a lo largo de este 2023.

La enseña afronta este año como el definitivo de la recuperación, “en el que nos acerquemos a los números precovid y nos olvidemos de las pérdidas”. Sin embargo, lamenta Cortegoso, “otro asunto es la tesorería, para lo que necesitaremos aún un par de años para restaurarla”, concluye.


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