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Consejos de Dynafit

Qué materiales se necesitan para iniciarse en el esquí de travesía

Qué materiales se necesita para iniciarse en el esquí de travesía

Los expertos estiman que unos cinco millones de personas practican el esquí de travesía en todo el mundo, de los cuales dos millones se concentran en Europa.

(10-12-2020). Para conocer el ABC del esquí de travesía, cómo empezar y qué materiales de equipamiento se necesita para practicarlo, la marca Dynafit, especialista en esta disciplina, nos da las claves de este deporte.

El esquí de travesía estará muy presente este invierno. Desde hace muchos años, se ha popularizado la explora­ción del paisaje montañoso invernal sin telesilla ni ayudas motorizadas. En la época del coronavirus y el distancia­miento social, los expertos del sector y los distribuidores de equipo deportivo predicen con unanimidad que el es­quí de travesía crecerá aún más. Los expertos estiman que unos cinco millones de personas practican el esquí de travesía en todo el mundo, de los cuales dos millones se concentran en Europa. Pero ¿cómo funciona exactamente este deporte de resistencia y qué equipamiento se necesita para salir de travesía como es debido? Dynafit, la marca especialista en esquí de travesía, tiene la respuesta y desvela qué hay que tener en cuenta al elegir el equipo.

Esquís de travesía

La base para cualquier salida de esquí son unos esquíes especiales para travesía, que permiten el ascenso y el descen­so fuera de pista. Al contrario que los esquíes normales para pista o circuito, los esquíes de travesía tienen un tallado moderado y pesan bastante menos que las tablas para pista. Sin embargo, también hay grandes diferencias entre los diversos esquíes de travesía y, según el área de uso, se centran en otras propiedades.

Los esquiadores orientados al ascenso buscan un peso reducido y velocidad, mientras que los orientados al descenso necesitan esquíes anchos que se deslicen bien por la nieve profunda para poder disfrutar de la nieve en polvo. Un esquí todoterreno es la solución intermedia. Tienen un peso moderado y una anchura central de entre 80 y 95 mm. Para ele­gir la longitud adecuada del esquí, hay que tener en cuenta la capacidad de la persona y el uso que se le va a dar. Los esquíes cortos son más ágiles, pero tienen menos empuje sobre nieve en polvo. La norma general para los todoterrenos es restar 10 cm a la estatura.

Fijaciones para esquí de travesía

Sin las fijaciones para esquí de travesía, no vamos a ningún sitio. Para poder ascender cómodamente por la montaña, los talones deben poder moverse. En las fijaciones, encontramos dos sistemas distintos: fijaciones con marco y fijacio­nes con pasadores. En las fijaciones con marco, la bota se fija entre la puntera y el talón en un puente de unión, que se levanta con cada paso en el ascenso y puede bloquearse para el descenso. Al contrario, en las fijaciones con pasadores la bota se fija directamente al esquí mediante dos orificios en la puntera, llamados insertos, y los pasadores metálicos correspondientes en la parte delantera. La parte trasera de la fijación permanece en el esquí y la bota se mueve con libertad. El peso que se ahorra hace que los ascensos sean muy cómodos.

Más del 70 % de las fijaciones para esquí de travesía que se venden en la actualidad funcionan con el sistema de pasadores, que la marca introdujo en el mercado por primera vez hace 35 años. Desde entonces hasta ahora, también han surgido fijaciones híbridas, que se basan en la combinación de los pasadores con la parte trasera alpina.

Pieles para esquí de travesía

Las pieles son el elemento de equipo más importante en el esquí de travesía. Sin ellas no se puede avanzar por la mon­taña, literalmente. Las pieles para esquí de travesía se pegan bajo los esquíes durante el ascenso para evitar deslizarse hacia atrás. Al mismo tiempo, deben deslizarse bien hacia delante para que el ascenso no sea demasiado agotador. Además de la capa adhesiva, se pueden colocar ganchos, clips o bridas delante y detrás del esquí para sujetar las pieles.

Como material, los principales fabricantes utilizan lana mohair, de cabra de Angora, o una mezcla de mohair y fibras sintéticas. Lo importante es que la piel tape por completo el recubrimiento del esquí, pero que los cantos de acero queden al aire. Lo mejor es comprar los esquíes y las pieles juntos para asegurarse de que se adapten de forma óptima.

Botas para esquí de travesía

Las botas especiales para esquí de travesía son muy parecidas a sus homólogas para esquí alpino, pero hay algunas diferencias técnicas. Principalmente, las botas para travesía cuentan con un mecanismo para cambiar entre esquí y paseo, que ofrece libertad de movimiento en el ascenso y facilita el caminar de forma natural y ahorrando energía.

Para el descenso, el mecanismo se cierra y la bota queda fija y sujeta el pie. Al igual que en los esquíes, en las botas también hay diferencias entre los modelos orientados al ascenso o al descenso. Para los esquiadores centrados en el ascenso, hay botas, para travesías, muy ligeras y flexibles, mientras que los esquiadores que prefieren descender necesitan más estabilidad. Al elegir unas botas para esquí de travesía, es esencial prestar atención a la compatibilidad con las fijacio­nes correspondientes, sobre todo con los sistemas con pasadores y las fijaciones híbridas. Después de todo, las botas de esquí y las fijaciones forman un sistema indisociable que debe combinarse a la perfección. En más del 90 % de las botas para esquí de travesía se utilizan los insertos de Dynafit, necesarios para las fijaciones con pasadores. Los modelos correspondientes están indicados con un sello naranja y garantizan una funcionalidad sin prob­lemas y los más exigentes controles de calidad si se utilizan con las fijaciones con pasadores.

Bastones

Los bastones no pueden faltar en ninguna travesía. Son ligeros, estables y, normalmente, más largos que los bastones de esquí normales. Deben ser ajustables para adaptar la longitud a la pendiente y para acortarlos durante el descenso. Tam­bién es importante que el mango tenga un agarre cómodo. Para que el bastón tenga buen agarre en la nieve profunda, los bastones de esquí de travesía cuentan con una roseta grande. Además, disponen de una punta en forma de garra para que se agarren bien en pasajes con rocas.

Ropa técnica

Nieve, frío gélido o sol con temperatura agradable: en una travesía de esquí, las condiciones climáticas pueden cambi­ar drásticamente y volverse más duras conforme avanza la travesía. Además, durante los ascensos exigentes se suda, mientras que al descender podemos enfriarnos rápidamente. Para prepararte lo mejor posible para las condiciones cambiantes, debes usar materiales inteligentes y vestirte por capas, como una cebolla.

La prenda interior, que va pe­gada al cuerpo, debe ser una camiseta técnica que regule la temperatura corporal lo mejor posible, transporte el sudor lejos del cuerpo y, al mismo tiempo, no dé demasiado calor. Sobre ella, va una segunda capa en forma de chaqueta aislante cálida, que se puede quitar durante el ascenso o si las temperaturas suben. Por último, la capa exterior es una chaqueta hardshell o softshell y unos pantalones que protegen del viento y el mal tiempo.

Equipo de seguridad y aludes

La seguridad es uno de los aspectos más importantes en las travesías de esquí. Si vamos a salirnos de las pistas segu­ras, debemos familiarizarnos con la ciencia de los aludes y adquirir los conocimientos pertinentes. Siempre debemos llevar el equipo de seguridad, que consiste en un dispositivo LVS, una pala y una sonda, además de un kit de primeros auxilios. Huelga decir que no basta con llevarlos; los esquiadores de travesía también deben saber cómo usar el equi­po de seguridad y cómo buscar a una persona enterrada en la nieve. Antes de cada salida, es obligatorio comprobar el informe de aludes y la previsión del tiempo.

Se recomienda a los principiantes en las travesías que intenten caminar por primera vez en una zona de esquí segura. Hay muchas zonas con parques de esquí especiales o rutas de inicia­ción marcadas, para que los esquiadores de travesía no se interpongan en el camino de los esquiadores de pista.

Crampones, mochila y demás

El esquí de travesía es un deporte que requiere mucho equipamiento. Además del equipo básico, como los esquíes, las fijaciones, las pieles, las botas, los bastones y el equipo de seguridad, hay una serie de extras que se deben llevar a una travesía larga, además de comida y bebida. Lo más importante es una mochila lo suficientemente grande para guardar todo el equipamiento de forma segura. Si hay hielo o condiciones hostiles de nieve, no pueden faltar los cram­pones para esquí de travesía.

Si es necesario, pueden fijarse a los esquíes y clavarse en la nieve durante el ascenso, para no resbalarse sobre el terreno duro. Para garantizar la seguridad al descender, hay que llevar un casco en la mochila. También, si nos aden­tramos campo a través, debemos saber orientarnos con un mapa y una brújula o con un GPS. Por supuesto, para el esquí de travesía también hacen falta los complementos clásicos de los deportes de invierno, como gafas de sol o de esquí, guantes, gorro o cinta para la frente.

Consejo para los principiantes del esquí de travesía

Lo mejor es salir por primera vez cerca de las pistas seguras. Muchas zonas de esquí se han adaptado al esquí de travesía y han fundado sus propios parques para travesía o cuentan con rutas de ascenso.

Encontrarás más información para ayudarte a empezar con el esquí de travesía en: www.dynafit.com/easy-entry-into-ski-touring


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