El Club de Vela Sant Antoni apuesta por un triunvirato presidencial

Según el presidente del Club Vela Sanmt Antoni, Daniel Juncafresa, este formato presidencial se ha decidido porque Mariona Gibert, quien asumirá la presidencia en 2025 y se convertirá en la primera mujer presidenta del club, “ha entrado hace poco en la junta, por lo que hemos creído oportuno que haya dos años de transición”. Juscafresa, no obstante, subraya que las decisiones “se toamrán de forma consensuada entre los tres”.

La entrada de Mariona Gibert en la presidencia del club reportará una visión más lúdica y social a la entidad

Tras el período del mandato de Mariona Gibert, Ferran Santaularia asumirá la presidencia del Club de Vela Sant Antoni. El año en el que Santaularia pase a detentar la presidencia dependerá, según ha explicado Juscafresa de si Gibert “puede asumir el cargo por el volumen de trabajo que conlleva la compaginación de dicho cargo con sus obligaciones profesionales”. Por lo tanto, será en 2027 o en 2029 cuando Santaularia acceda al cargo de presidente. El ‘plan’ establecido por los tres socios de la entidad, y que recabó la aprobación de la asamblea de socios celebrada el pasado 6 de octubre, prevé que Santaularia ocupe la presidencia entre el final del actual mandato 2023-2029, así como en el global del mandato 2029-2035.

MÁS SOCIOS Y MEJOR ESCUELA

Los objetivos de la nueva junta directiva serán potenciar y hacer crecer el club hasta los 120 socios, es decir, veinte más que en la actualidad, así como mejorar el desarrollo de la escuela de vela en verano y fomentar el número de practicantes de patín a vela junior. Según sostiene Juscafresa, “la entrada de Mariona Gibert en el club reportará una visión más lúdica y social a la entidad”.

MÁS RECURSOS

El Club Vela Sant Antoni cuenta con un presupuesto de 103.000 euros este 2023, lo que representa 40.000 euros más que hace seis años. Las principales vías de ingresos de la entidad son las cuotas y el varadero del club, las actividades de vela de verano y las subvenciones públicas, puesto que cuenta con aportaciones del Ayuntamiento de la localidad, la Diputación de Girona y la Generalitat de Catalunya. Cada partida copa un tercio del presupuesto total.

El club tiene previsto culminar este 2023 con un superávit de 1.500 euros

El Club de Vela Sant Antoni tiene previsto concluir este 2023 con un superávit de 1.500 euros. “El dinero es mejor tenerlo en el campo que en el banco, pero somos prudentes y no tenemos ni deuda ni créditos”, detalla Juncafresa, recordando que “tenemos tesorería de otros superávits por si hay algún gasto extra”.

El club cuenta con siete empleados en verano (cinco a jornada completa), tres en invierno a jornada parcial y cuenta con una flota de 91 patines. Concretamente, tiene 75 socios con patín, además de nueve patines propios senior y otros siete júnior.

En cuanto a la escuela de vela, el club registró el pasado verano la inscripción de 160 niños, aunque su potencial alcanza una participación de 220 niños.

SEGUNDA CAPITAL MUNDIAL

Con este número de embarcaciones de la clase patín a vela, el Club Vela Sant Antoni se erige actualmente en el segundo club del mundo con mayor número de embarcaciones de este tipo. Únicamente le precede en Club Patí Vela Barcelona que acoge a más de un centenar de patines a vela.

Nos encanta esa condición de ‘club subcampeón mundial’ en número de patines a vela

Al respecto, Daniel Juscafresa admite que “nos encanta esa condición de ‘club subcampeón mundial’ en este aspecto y trabajaremos para mantenerlo”, pero apunta que “nos gustaría ser la vigésima entidad, pues ello significaría que el patín a vela ha crecido muchísimo”.

DOS HÁNDICAPS

El principal hándicap para crecer en número de socios para el Club Vela Sant Antoni, según reconoce su presidente, es el cambio climático, ya que con la erosión de la costa, el club ha perdido veinte plazas de varadero en la playa en los últimos diez años. Esta problemática se solucionará una vez se haya completado el proyecto de estabilización de las playas de Sant Antoni de Calonge y d’Es Monestrí, en Calonge y Palamós, que ya ha salido publicado en Boletín Oficial del Estado (BOE) y que tiene como objetivo frenar la regresión en las playas y recuperar el ancho de playa.

“Los movimientos de temporales y las corrientes nos han ido perjudicando y ahora se revertirá la situación”, asegura el directivo. El club cuenta con 1.052 metros cuadrados de concesión para uso de la playa de manera exclusiva, aunque una parte está tocando al agua.

El segundo hándicap es que la vela “es un deporte muy bonito de practicar, pero muy feo de mirar, a excepción de la Copa América, porque, a nivel de espectador, desde la playa, es difícil verlo”. “Para el acompañante es complicado, por lo que, al final, nuestra escuela se forma a partir de los hijos de los que ya navegan”, afirma.

LA “OPORTUNIDAD DE ORO” DE LA COPA AMÉRICA

“La presencia del patín a vela en la Copa América es lo mejor que nos puede pasar en el mundo”, asegura Juncafresa. A su parecer, “esta es una oportunidad de oro, pero no hay que morir de éxito”. “Tenemos una realidad, una afición y un proceso de fabricación en la actualidad que impide  fabricar más de cincuenta patines al año, por lo que no debemos morir de éxito”, advierte.

Con la Copa América hemos puesto el patín a vela en el mundo, pero no debemos perder los orígenes

“Hemos puesto el patín en el mundo y tenemos el mejor escenario, pero no debemos perder los orígenes y no nos tenemos que ‘emborrachar’ de éxito porque el patín a vela es una embarcación popular y que con poco dinero se puede navegar”, asegura.

“El patinista es un tipo de navegante que no se debe perder. Hay que mantener la igualdad de las embarcaciones en competición. Como embarcación, el patín a vela es la antítesis de los barcos de la Copa América, que cuentan con presupuestos millonarios”, reitera. “Si para sumar, debemos perder los orígenes, quizás no vale la pena”, sentencia al concluir.