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TRAIL RUNNING

Crampones, cómo elegirlos

Clases y tipos

crampon

(5-2-2020). Los crampones son un elemento indispensable si queremos acercarnos a la montaña durante los meses de invierno. En este artículo, gracias a los conocimientos de los expertos de Barrabés, sabremos cómo debemos elegirnos y en qué casos debemos usarlos.

Saber cómo y cuándo son necesarios los crampones puede ayudarnos a evitar más de una situación embarazosa y de peligro en la montaña. Y es que un simple tramo de nieve y hielo, sin usar crampones, se puede convertir en una auténtica pesadilla.

Los crampones son necesarios para poder transitar en cualquier pendiente helada con la que nos topemos en la montaña. De esta forma, lo aconsejable es “ponérselos en el primer paso delicado y quitárnoslo cuando estemos de vuelta”. Por lo tanto, con ellos podemos pisar “nieve, hielo, roca, tierra y vegetales diversos”, por lo que se convertirán en la parte de nuestro material que más sufrirá. Por este motivo, desde Barrabés nos aconsejan que los crampones que adquiramos, sean los que sean, tengan una premisa sine qua non: que sean de calidad. La polivalencia es uno de los puntos fuertes de los crampones, de los que existen diferentes modelos en función de la actividad para la cual están diseñados.

¿Cómo es un crampón?

Básicamente, todos los crampones tienen la misma cantidad de puntas y éstas son similares en tamaño, además de estar orientadas y ubicadas de forma parecida. A grandes rasgos, un crampón tiene dos partes: la parte trasera, que conforma el talón, y la parte delantera, para la zona del metatarso y la puntera. Ambas partes están unidas por una barra agujereada u otro sistema de regulación de talla, en función de cada fabricante. Por debajo de esta estructura, en el perímetro, encontramos las puntas. Unas puntas que se organizan en pares más o menos simétricos. En el espacio interior, se ensambla un sistema anti-zueco que persigue evitar que la nieve se pegue al metal cuando andamos. Por encima, encontramos las fijaciones, ya sea en forma de correas automáticas o semiautomáticas, para el talón y la puntera de la bota.

La funcionalidad de los pares de puntas

Todas las puntas de un crampón tienen la misma función: agarrarse a la nieve o al hielo y permitir nuestro avance en este medio. En función de su tamaño, serán preferibles para una u otra actividad. No obstante, cada punta lateral y su simétrica tienen una función específica. A continuación, explicamos de forma esquemática cuál es su cometido concreto:

  • Primer par. Se trata de las puntas delanteras. Son vitales para progresar de cara a la pendiente.
  • Segundo par. Trabajan de forma conjunta con las delanteras –primer par-  de cara a la pendiente. En la técnica de puntas delanteras, para ascender de cara una fuerte pendiente o en hielo vertical, clavamos las puntas delanteras y apoyamos nuestro peso sobre el segundo par de puntas, haciendo un efecto trípode.
  • Tercer par. Se alinean con el lateral del crampón y están pensadas para el agarre lateral. También son ideales para cantear, si es preciso.
  • Cuarto par. Se encargan de cerrar la platina delantera. En su sección transversal, además, consiguen una mejor retención longitudinal subiendo de cara a la pendiente o, sobre todo, bajando de cara.
  • Quinto par. Es el primer par de la talonera. Trabajan como el tercer par, ya descrito.
  • Sexto par. Cierra la talonera. Su sección vuelve a ser transversal, como en el caso del cuarto. Cuando bajamos de cara al valle, es el primer par en clavarse.
  • Puntas secundarias. Es habitual que acompañen al segundo par de puntas y, en algunas ocasiones, también al primero. Su objetivo es ofrecer una diversidad de apoyos o para homogeneizar la pisada, buscando prestaciones de naturalidad al caminar o escalar.

Una vez conocida la funcionalidad de las puntas, vamos a conocer los tipos de crampones que existen ahora mismo en el mercado.

Tipos de crampones

Por número de punteras delanteras. En este caso, pueden ser crampones de puntas horizontales (para actividades técnicas de nieve y menos técnicas como la marcha) o crampones de puntas verticales (para alpinismo vertical y escalada).

Por tipo y número de puntas delanteras. En este sentido, según su orientación y número de puntas pueden ser: bipunta horizontal (puntas delanteras clásicas con sección horizontal, pero con cierta curvatura hacia abajo; suelen acabar con una punta afilada para clavarse en el hielo), bipunta vertical, monopunta vertical ( ideales para la escalada más técnica, como si tuviésemos un piolet pequeño en la punta del pie; se trata de unos crampones que permite escalar con mucha precisión y hacer movimientos imposibles con punta doble como puede ser el de pivotar lateralmente) y modulares (se trata de modelos que permiten su transformación en monopunta o bipunta, según se precise). En este último sentido, hay que aclarar que, normalmente, los crampones de marcha y montañismo tienen puntas frontales fijas, mientras que los más técnicos poseen puntas intercambiables.

Según su actividad. De esto modo, los crampones pueden ser: específicos de escalada (con puntas delanteras verticales), de alpinismo y montañismo (con puntas delanteras verticales u horizontales), de marcha (con puntas delanteras horizontales) y ultraligeros (para esquí de travesía; algunos incluso prescinden de la barra central de unión entre la parte delantera y trasera del crampón y la sustituyen por una cinta o cordino).

Por su sistema de fijación. “Los crampones deben quedar en la boto como parte de ella”, nos cuenta los especialistas de Barrabés. Esto es, “sólidamente unidos para que ningún tipo de movimiento o esfuerza los pueda mover o sacar”. En este sentido, pues, pueden ser con correas (fijación clásica con una carrera en la parte delantera y la trasera y otra sujeta al pie) o automáticos (un estribo de alambre encaja en la puntera de las botas rígidas y una leva o talonera que encaja en el talón).

Estos últimos, los automáticos, presenten varias ventajas con el sistema anterior, ya que ofrecen mayor solidez, ligereza y opciones de regulación. De hecho, la mayoría de crampones de marcha no suelen ser automáticos y sí, en cambio, los de escalada mayoritariamente incorporan este tipo de fijación. A esta doble categoría, por lo tanto, deberíamos añadir una tercera: los crampones semiautomáticos (se trata de un sistema híbrido entre los dos anteriores, que combina la puntera de correa con una talonera automático). Este tipo es más polivalente, ya que sirve para botas de invierno y de verano. No es de extrañar pues que sean de los más populares que hay en el mercado. Además, son muy fáciles de calzar.

Teniendo en cuenta todo esto, podríamos concluir con una serie de principios que suelen cumplirse. En general, “todas las botas rígidas de alpinismo y las botas de esquí de travesía pueden usarse con fijaciones automáticas, semiautomáticas y de correas”. “Todas las botas semirígidas de montañismo permiten el uso de fijaciones automáticas y de correas” y, en última instancia, “las botas de marcha y senderismo aceptan sólo fijaciones de correas”.

Información de contacto:

www.barrabes.com


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