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Natación infantil: un ejercicio físico muy completo

Natación infantil un ejercicio físico muy completo

Al practicar natación, los niños adquieren la ventaja de saber moverse en el agua y luego nadar, tanto para evitar accidentes y ahogamientos, como para incrementar la seguridad en sí mismo del menor. Nadar también supone una fuente notable de estimulación sensorial para el niño a cualquier edad. Imagen: Zinkevych en Freepik.

(15-9-2023). Al practicar la natación, se ponen en marcha todos los grupos musculares y se evitan factores de riesgo cardiovascular desde la infancia. Sin embargo, el cloro es un agente irritante que puede provocar alteraciones en la salud, como asma, alergias y problemas de piel y dientes, entre otros.

La natación es uno de los deportes más completos que existen por sus beneficios sobre la salud física y mental. En la edad infantil, sus ventajas son incuestionables. De hecho, es una práctica que se puede llevar a cabo desde los primeros meses de vida del bebé.

Tal como señala la Fundación Española del Corazón, la natación involucra a todos los grupos musculares, mejora la capacidad de esfuerzo físico y contribuye a una mayor flexibilidad, coordinación, agilidad y velocidad.

Pero, por si fuera poco, influye sobre parámetros decisivos de la salud, como los siguientes:

  • Controla el peso corporal, lo que previene la obesidad en niños. Actualmente, la tasa de sobrepeso y obesidad en España es la tercera más alta entre los países europeos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)2. El 80% de los menores con obesidad serán también adultos obesos.
  • Ayuda a aminorar las variables de riesgo cardiovascular. Así, baja la concentración de colesterol en sangre y disminuye también los niveles de glucosa, ya que estamos ante un ejercicio aeróbico que provoca una mayor sensibilidad a la insulina. Esto es particularmente importante en niños con diabetes, en los que se ha visto que reduce las necesidades de insulina.
  • Fomenta la relajación. Es así en todos los niños, pero en el plano físico se ve especialmente en aquellos que tienen problemas neurológicos o parálisis cerebral, ya que el medio acuático a una temperatura adecuada favorece la relajación del sistema nervioso central.

Además, hay que destacar la ventaja de saber moverse en el agua y luego nadar, tanto para evitar accidentes y ahogamientos, como para incrementar la seguridad en sí mismo del menor. Nadar también supone una fuente notable de estimulación sensorial para el niño a cualquier edad.

Ojo al cloro en las piscinas

Por el contrario, en el caso de las piscinas, el cloro es un componente químico que actúa sobre los elementos orgánicos que hay en el agua. Hablamos de sudor, orina, saliva, cosméticos…, así como de bacterias, algas u otros microorganismos.

¿Cuál es el problema? El cloro reacciona de inmediato al entrar en contacto con esa materia orgánica que hay en todas las piscinas. El resultado es la formación de subproductos de cloración que pueden ser potencialmente dañinos. Y lo son a través de varias vías: ingestión de agua, absorción a través de la piel e inhalación de los vapores, avisan desde la empresa Geodesic.

¿Qué efectos adversos sobre la salud puede tener el cloro? Tal como advierte el Ministerio de Sanidad, “si bien un nivel residual aceptable de cloro es garantía de desinfección, un nivel excesivo de cloro o sus derivados puede generar irritaciones en los ojos, e incluso problemas respiratorios, sobre todo en niños y en ambientes cerrados como pueden ser las piscinas climatizadas o spas”.

Diversos estudios han puesto el acento en las potenciales desventajas del cloro sobre la salud:

  • Aumento del riesgo de desarrollar asma y enfermedades alérgicas por la permeabilidad del epitelio pulmonar.
  • Agravamiento de las enfermedades respiratorias. Al estar los pulmones de los niños en fase de desarrollo, el cloro, aunque sea a niveles aceptables, puede agudizar las patologías respiratorias.
  • Irritación en las mucosas, como ojos y nariz, y daños en la dentadura, pues el cloro altera el pH de la boca, favoreciendo la desmineralización de los dientes.
  • Alteraciones en las funciones y estructuras de la piel, con la aparición de eccemas.

Así lo señala la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP): “El cloro es un compuesto que resulta irritante y que actúa como desencadenante de reacciones alérgicas. Puede provocar efectos en las vías respiratorias y en la piel, en la medida en que se ven incrementados una serie de factores: la cantidad de este, el tiempo de exposición a la sustancia y la sensibilidad de la piel. En general, los niños son siempre los más afectados, puesto que pasan mucho rato en el agua y, además, tienen la piel más delicada y sensible que un adulto”.

Ante ello, nadar en una piscina sin cloro puede ser una opción más saludable y beneficiosa para los niños que practican natación, por lo que es importante que los padres y educadores consideren esta opción buscando siempre garantizar su seguridad y bienestar, concluyen desde Geodesic.


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