(20-9-2024). El director técnico del Club Ciclista Sant Boi, Jesús Ruiz Ayala, se manifiesta crítico con las marcas de ciclismo. A su parecer, estas están totalmente desconectadas del ciclismo de base, por lo que considera que hay que colaborar. Dentro de su Responsabilidad Social Corporativa, estas deberían apoyar a los clubes y a la organización de eventos.
El Club Ciclista Sant Boi es una entidad decana que tiene como objetivo la promoción y divulgación del ciclismo de carretera. Con más de 100 años de historia, cuenta con equipos junior, cadete e infantil, organiza varios eventos en la localidad y gestiona el Parc Ciclista del municipio.
La entidad cuenta con un presupuesto para la actividad deportiva de unos 40.000 o 50.000 euros, lo que supone una cifra muy alejada a los importes que se movían hace más de una década, pese a que compite en más de 70 carreras a nivel estatal. Entre la escuela y los equipos hay unos 90 niños y, además, tiene un grupo cicloturista con más de 40 personas que funciona como un club social.
Actualmente, Jesús Ruiz Ayala es su director técnico. El entrenador se manifiesta crítico con las marcas de ciclismo, ya que están totalmente desconectadas del ciclismo de base. A su parecer, deberían colaborar con los clubes y con la organización de eventos dentro de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa. De hecho, sostiene que las tiendas son las que actualmente apoyan a los clubes de base, por sentimentalismo.
¿A qué desafíos se enfrenta el sector ciclista en la actualidad?
El sector tiene dos vertientes, la del usuario y comprador y la más competitiva o deportiva. La primera goza de muy buena salud y tiene muchos aficionados. En cuanto a aficionados, está en un momento álgido tras el gran repunte pos-Covid. Hay más gente que va en bicicleta, pero esto no tiene que ver en la promoción o la difusión del deporte base.
La base del ciclismo está tocada
La otra vertiente está vinculada con el ciclismo de base.
Son dos perfiles distintos. Cada vez hay más gente que va en bicicleta, pero esto no significa que haya más ciclismo del que yo conozco; es decir, del que sale en televisión y en las páginas del periódico. Uno no tiene nada que ver con el otro. A nivel social, hay menos clubes, menos organizadores y menos personas dispuestas a tirar de proyectos de base, ya que la base siempre se ha nutrido del voluntariado. Cada día somos menos los clubes que trabajamos desde abajo y que fabricamos a los pequeños ciclistas. A esta problemática, hay que unirle la tendencia de fijarse en chavales de 16 a 18 años. Actualmente, existen estructuras de juveniles que actúan como profesionales, con un gran presupuesto, con los problemas que esto conlleva.
La base del ciclismo como tal está tocada. Se necesita una hoja de ruta y dejar de vivir de esta generación espontánea. Siempre aparecen tres o cuatro buenos ciclistas españoles que dan la campanada, pero sí lo hiciéramos bien, tendríamos una cuarentena. Sin embargo, donde nace el ciclismo, el patrocinio es complejo. Si se patrocina a un equipo juvenil o amateur es por simpatía, pero, a día de hoy, las marcas buscan un retorno directo.
La colaboración en las categorías de base es sentimental
¿Qué le pide a las marcas y al retail?
Tenemos menos patrocinadores de lo que nos gustaría. Sin embargo, en nuestro caso, nos nutrimos de las empresas de proximidad, que nos dan confianza. A cambio, hacemos eventos locales y conseguimos que se vean en su casa. Siempre intentamos devolver, de alguna forma, el apoyo que nos brindan. Pero a día de hoy, la colaboración en estas categorías es sentimental.
El ciclismo, allí donde empieza, está bastante huérfano
Entonces, ¿las marcas de ciclismo deberían implicarse más?
Se han olvidado por completo del lugar donde se han hecho conocidas y famosas. El ciclismo, allí donde empieza, está bastante huérfano. Si la base desapareciera mañana, el ciclismo seguiría siendo potente en cuanto a practicantes, marcas, tiendas y eventos. A día de hoy, los clubes de ciclismo se soportan por la colaboración con las instituciones, por unos pocos patrocinadores y sobre todo, por las familias y los padres. Son un pilar fundamental. El chaval que no tiene una familia detrás no podría ser ciclista.
Las tiendas, actualmente, son el último eslabón de la cadena, pero, sin embargo, son las que hacen los esfuerzos de colaborar con los clubes
¿Qué se necesita entonces?
Las tiendas, actualmente, son el último eslabón de la cadena, pero son las que hacen el esfuerzo de colaborar con los clubes. Las marcas de ciclismo, en cambio, viven al margen. Están totalmente desconectadas del ciclismo de base. Lo que cuenta son los números y, por lo tanto, insisto, están al margen del sentimentalismo. Los que tutelan a estos proveedores tienen perfiles más contables, lo que es normal, ya que una empresa está para dar beneficios. No obstante, creo que dentro de su Responsabilidad Social Corporativa debería haber partidas para la organización de eventos y para los clubes. Falta esta colaboración.
Son las familias las que hacen posible mover los equipos
¿Cuál debe ser el papel de las administraciones?
El Ayuntamiento de Sant Boi no esponsoriza, pero nos ayuda si generamos actividad deportiva. El dinero público debe ser para la promoción dentro de la ciudad, con eventos, lo que me parece razonable. Pero todo ha cambiado. Antes tenías patrocinadores muy potentes y ahora hay que llorar para conseguir mil euros de aquí y de allí. Son las familias las que hacen posible mover los equipos.
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