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FITNESS

El centro sufre los efectos del cierre perimetral de La Rioja y Navarra

El calvario de uno de los centros de Crossfit más grandes de Europa

Permanecen cerrados desde el 1 de diciembre

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El centro Crossfit Colen, ubicado en el centro comercial Las Cañas de la localidad navarresa de Viana, cuenta con 1.800 metros cuadrados de superficie y antes de la pandemia atendía a unos 500 usuarios pero dicha cifra ha caído actualmente hasta los 300.

(2-2-2021). El box CrossFit Colen vive su particular calvario en plena tercera ola de la pandemia. Situado en la frontera entre La Rioja y Navarra, tuvo que bajar la persiana al ver que el cierre perimetral de ambas comunidades impedía al 90% de sus abonados poder acudir a sus instalaciones.

Ubicado en el centro comercial Las Cañas, a siete kilómetros del término municipal al que pertenece, Viana (Navarra), y a menos de un kilómetro de Logroño (La Rioja), el box CrossFit Colen, uyno de los centros de esta disciplina más grandes de Europa, vive una dura situación particular debido al confinamiento perimetral decretado a finales de octubre por las dos comunidades en las que se encuentra.

A diferencia de los gimnasios riojanos, que deben permanecer cerrados desde el pasado viernes, 22 de enero, hasta el próximo 23 de febrero, los centros deportivos ubicados en Navarra sí pueden abrir por el momento. Sin embargo, el contexto de restricciones de movilidad obligó a este centro de CrossFit a tener que tomar una dura decisión: el cierre del local.

MULTAS A QUIENES TRASPASASEN LA ‘FRONTERA’ AUTONÓMICA

La amplia mayoría de los 500 abonados que tenían antes de la pandemia -ahora mantienen unos 300 con cuotas inactivas- venían de Logroño, donde la empresa tiene su domicilio fiscal y paga sus impuestos. Sólo el 10%, entre 40 y 50, proceden de pequeños pueblos navarreses como Viana o Los Arcos. “Las autoridades alertaron que se multaría a quien traspasase la frontera, aunque fuera por 200 metros, y por ello decidimos cerrar. No nos compensa tener abiertos solo para la gente de Navarra”, relata el copropietario del centro, Adrián Alonso.

Sin el gran grueso de sus abonados, y tras un noviembre difícil, optaron por no volver a abrir desde el 1 de diciembre. Llevan desde entonces cerrados al público, limitando su actividad al alquiler puntual de algunos materiales y a algunas clases virtuales. “Si me dicen una fecha para poder reabrir, firmo ya. Es una situación complicada, porque es un centro muy grande y para poder mantener los gastos fijos necesitamos un mínimo de socios”, añade.

SIN RESPUESTA DE LOS GOBIERNOS

Sus propietarios pidieron por escrito a los gobiernos de La Rioja y de Navarra una solución en forma de documento que habilitase a sus socios a cruzar la frontera y acceder a la instalación. Pero ni justificando que son un establecimiento dado de alta como servicio sanitario han obtenido aún una respuesta de ninguno de los dos ejecutivos. “Pedimos un mínimo de empatía y de educación y que nos respondan, pero nadie nos contesta. Y llevamos así cuatro meses”, critica.

Sí les respondieron, en cambio, desde la delegación del Gobierno de España en La Rioja. Su respuesta, sin embargo, les provocó una profunda indignación: “Nos dijeron que teníamos que asumir el hecho de habernos ido a Viana (Navarra)”.

1.800 METROS CUADRADOS

Fue en La Rioja donde Adrián Alonso y su socio, Samuel González, empezaron su andadura empresarial hace ocho años. Arrancaron su negocio conjunto en una nave que no tardó en quedarse pequeña. En 2015 se trasladaron a una nueva nave de 750 metros cuadrados.

Posteriormente, en  2019, volvieron a hacer las maletas hacia el actual local, un centro de 1.800 metros cuadrados y aforo para 750 personas que ofrece entrenamientos de CrossFit, además de yoga y varios deportes de contacto.

En 2020 apenas pudieron facturar abonos de enero a marzo y de julio a octubre. Poco más de seis meses.

17 EMPLEADOS

La instalación da trabajo a 17 personas. Además de entrenadores, también hay un espacio de restauración, una ludoteca donde los padres pueden dejar a sus hijos, servicios de fisioterapia, rehabilitación y nutrición. La dificultad para acogerse a un ERTE, al ser un cierre voluntario, les complica aún más la situación.

Los propietarios del CrossFit Colen reclaman una solución urgente que les permita reanudar su actividad. “No pedimos ninguna ayuda económica, sólo que nos dejen trabajar. Si nos dejasen seguir abiertos a medio gas, con todas las medidas que fueran necesarias, funcionaríamos a las mil maravillas, porque así lo estábamos haciendo antes de cerrar Estamos en una situación de incertidumbre que hace que no sepamos cómo actuar ni cómo hacer frente a los pagos”, lamenta el empresario riojano.


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