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MONTAÑA

“En 4 meses he vivido lo que una persona podría hacer en 4 años”

(19-11-2014). Albert Sans fue el primer Grifone de los Pirineos. Vivió experiencias inolvidables e hizo actividades que nunca imaginó. Nos cuenta sus vivencias ahora que arranca la edición 2015 del Grifone de los Pirineos.

Albert Sans dedicaba su vida profesional al mundo de la imagen en diseño web además de ser cantautor. Hasta que un buen día, allá por el 2011, decidió emprender una vida nómada. Su destino fue Sudamérica. Su medio de transporte una bicicleta y la única compañía de Rita. Su guitarra. Le dio tiempo de visitar Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Un viaje de ensueño y parte de su proyecto “la vuelta al mundo más lenta de la historia”.

Sus planes cambiaron en una de sus visitas a su familia y amigos. Precisamente “fue una amiga quien me hizo saber sobre el concurso. Yo soy mucho de mar y hasta entonces poco de montaña. Decidí probarlo pero ni se me pasaba por la cabeza ganar, y más viendo los perfiles de la gente que se había inscrito”, nos explica el propio Albert.

Para él, su secreto fue “ser yo mismo en la entrevista final. Fui sincero y expuse mi poca relación con la montaña y que, por ejemplo, nunca había hecho escalada. Pero al final me valió ser yo mismo para ser designado el primer Grifone de los Pirineos”.

Un curso acelerado sobre montañismo

Eso era lo que pensaba el propio Albert cuándo vio que él era el elegido. “El viaje por los Pirineos era yo y la autocaravana, pero en las actividades siempre estaba guiado por alguien de la empresa o por algún guía experto. He vivido en 4 meses lo que una persona normal podría hacer en 4 años”, reflexiona Albert.

Entre estas experiencias Albert destaca “todas las actividades que he podido realizar. Desde escalada, vías ferratas, barranquismo, perros con trineo hasta volar en helicóptero. O simplemente el hecho de poder esquiar en nieve virgen por la ladera de una montaña hasta el refugio mientras te cruzas con un ciervo”.

Una conexión con los Pirineos

Pero si hay algo que a Albert le ha quedado marcado “es la emoción que sentí en el Pic de l’Alba (3.118m). Intentamos dos veces el Aneto pero la meteorología nos lo impidió. Al final atacamos el Pic de l’Alba en un día precioso, con un cielo despejado que nos permitió ver todos los picos nevados de alta montaña. Es una imagen que no olvidaré nunca. El resumen perfecto de ser el Grifone de los Pirineos”.

Aparte del contacto con la naturaleza, Albert tuvo tiempo de descubrir “mucha gente de los Pirineos. Gente que quiere a la montaña. Y ahora yo lo veo todo muy diferente. Los Pirineos son parte de mí. Un poco mi casa”.

¡No te lo pienses, lánzate!

“No todo el mundo piensa que puede dejar un trabajo e irse a la otra punta del mundo o intentar ser el próximo Grifone… pero todo el mundo está hecho para dejarse sorprender. Los miedos y la incerteza nos frenan pero incluso subir al Everest se puede hacer con un pie delante y otro detrás. Al final, si te dejas llevar, vives experiencias inolvidables. Así que no te lo pienses y si de verdad quieres buscar esta aventura, ves a por ella”, resume Albert.

Albert seguirá con su proyecto de la Vuelta al Mundo: “Me voy para Cádiz a hacer barco stop. Conocer a alguien con barco que necesite ayuda a cambio del viaje. No tengo plan. Allí donde me lleven desembarcaré mi bicicleta y volveré a pedalear”.

Más información:
http://www.albertsans.com/
http://microsites.grifone.com/grifonepirineos/


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