(19-4-2017). Jordi Lamarca (Barcelona 1946) es el patrón que más campeonatos de España de patín a vela ha ganado. A sus 9 títulos deben sumársele, además, cuatro subcampeonatos. Hace un año y medio volvió a navegar en patín a vela, tras un paréntesis de 26 años. Con él hablamos de su historia y su regreso a la clase.
Desde 1977 hasta 1989, Jordi Lamarca no dejó de subir ningún año al podio del Campeonato de España. En nueve ocasiones lo hizo al cajón más alto y en cuatro al del segundo clasificado. Ningún otro patinista cuenta con un historial igual y, muy probablemente, deberán pasar más décadas para que alguien logre, cuando menos, equiparar ese curriculum, pues hasta ahora han transcurrido ya 28 años desde aquella ‘Era Lamarca’ y, tras ésta, sólo Oriol Castellá consiguió recortar distancias conquistando cinco títulos y erigiéndose en el único pentacampeón de España de la clase, si bien lograrlo le llevó doce años.
Confieso que Lamarca fue mi ídolo cuando me inicié en el patín a vela a los 16 años. Por aquel entonces, Lamarca era la ‘bestia negra’, ningún otro barco corría como su Lilith y, si soplaba fuerte, trabajo costaba alcanzar a verle el número de su vela. Sí, desde 1977 hasta 1989, Lamarca fue el líder incontestable de la clase y durante aquellos doce años que duró su rotunda supremacía, sólo lograron vencerle cuatro patrones y, en ocasiones, según explica, “de modo cuestionable, pues se registraron sucesos que poco tuvieron que ver con lo acaecido en el campo de regatas”. Esos cuatro patrones que consiguieron batirlo en alguno de los campeonatos nacionales de aquellas añadas fueron Albert Lluch (en 1980), Joan Marc Colls (en 1981 y 1983) y Ramón Felipe de Montagut (en 1985). Nadie más.
Cuando nos encontramos esta tarde en una cafetería del Paseo de Gracia de Barcelona para realizar esta entrevista, constato que la imagen de aquel patrón alto, atlético, de largas piernas y robustos brazos, de fuertes manos, de nariz afilada y mirada incisiva que yo conservaba de mis dieciséis años hoy ha cambiado.
Al encontrarnos, detecto que cojea levemente y le pregunto la razón.
-Durante años, la pierna mala fue la izquierda. Todo empezó en 1973, un año antes de empezar a navegar en patín (me inicié en marzo de 1974), cuando tuve la tríada de odongue (ligamento cruzado, lateral y menisco) pero los médicos, cuando me operaron, sólo vieron el ligamento lateral. Posteriormente, cuando me preparaba para participar, con Tornado, en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, tuve un accidente con la moto y ésta se me cayo encima de la misma pierna y, por una mala operación, estuve enyesado cuatro meses, tras lo cual dejé de navegar y de hacer ejercicio durante muchos años. Hace cosa de unos meses, sin embargo, me hice daño en el menisco de la pierna derecha al bajar de una zodiac y ahora la mala es la pierna derecha. ¡Vamos, que no te puedes hacer viejo!
He sido asesor de reglas en seis Juegos Olímpicos y dos Copas América
Nos sentamos en la terraza de una cafetería y le detecto el enojo que le provoca el olor a tabaco procedente de los cigarrillos que fuman los clientes de una mesa vecina. Le pregunto si quiere que busquemos una mesa más alejada. “No, ya está bien aquí”, responde. Retiro el cenicero con alguna colilla olvidada que reina en el centro la mesa que hemos elegido.
Pide un café con leche, “con la leche tibia y el café descafeinado”.
-Yo un café con leche, “normal”, le preciso con cierta complicidad al camarero.
Pregunto a Lamarca algunas cuestiones personales para hacer la ‘ficha’ de la entrevista. Me dice que nació el 12 de diciembre de 1946; que estudió económicas e informática; que, cuando no estaba “casi jubilado como ahora”, trabajó como informático, que fue director de administración de una empresa… Posteriormente, al referirse a sus últimas ocupaciones, me comenta que ha sido entrenador de varias clases olímpicas y asesor de reglas en seis Juegos Olímpicos y dos Copas América. Concluye refiriéndose a su última etapa como entrenador, a través de la Federación Internacional de Vela (ISAF), de regatistas de países emergentes a los cuales les falta un último apoyo técnico para poder acceder a los Juegos Olímpicos.
Tras ello, opto por recordarle su exitoso curriculum como patinista, especialmente en lo concerniente a sus numerosos títulos de Campeón de España. Asisto asombrado a la enumeración de cada una de aquellas victorias. Es capaz de decirme en cuántas pruebas venció de cada uno de ellos, si los ganó con holgura o de modo ajustado. Y es entonces, cuando descubro que a aquellos nueve títulos nacionales que figuran en los anales de la historia de nuestra clase, debo añadir cuatro subcampeonatos de España (1980, 1981, 1983 y 1985). ¡Y todo ese ‘arsenal’ de triunfos en sólo doce años!
Tras repasar minuciosamente cada una de aquellas competiciones, le planteo que en un rincón de mi memoria de adolescente conservo algunos recuerdos vinculados a protestas.
-¿Qué yo ponía muchas protestas?… Sólo las interponía cuando consideraba que debía interponerlas. De hecho, decidí aprender el reglamento para que no me descalificasen porque a mi sí me ponían muchas.
-Y de esos aprendizajes de reglamento, acabaste por sacarte el título de juez territorial.
– Efectivamente. Y tiempo más tarde, obtuve la titulación de juez nacional, hasta que, en 1987, obtuve el título de juez internacional y, actualmente, soy el cuarto o quinto juez internacional más veterano del mundo en activo.
Le detecto satisfecho tras culminar esa frase. Le pregunto dónde ha actuado como tal.
-No sabría decírtelo. En muchos sitios. He sido juez en campeonatos de Europa, del Mundo. Pero nunca en unos Juegos Olímpicos.
En general, el reglamento se conoce poco, y las reglas sobre el rumbo debido y los compromisos en boya son los que reflejan mayor desconocimiento
-De tu experiencia, ¿crees que los regatistas conocen bien el reglamento?
En general, se conoce poco. Pero reconozco que ello se debe a que cuesta entenderlo y, en ocasiones, hasta resulta complejo aplicarlo adecuadamente.
-Dentro de este tema, ¿dónde aprecias que los regatistas estamos más peces?
-Donde detecto que hay más problemas es en la cuestión del rumbo debido. Hay mucha gente que orza yendo a sotavento sin tener derecho y, aunque el de barlovento debe responder, en ocasiones el de sotavento no tiene la preferencia que cree. Otra regla en la que se detectan dificultades es en la de los compromisos en los pases de boya.
-Igual por ese desconocimiento es que, últimamente se registran pocas protestas en las regatas…
-Es cierto. Por ejemplo, ahora que navego en Badalona, veo que allí no se protesta. Yo siempre he creído que es importante que se respete el reglamento. Y si no se respeta, se debe protestar.
-Igual ahora no tanto, pero hubo un tiempo en el que se decía que ciertos patrones ganaban competiciones en los despachos de protestas…
-No. Las regatas se ganan en el mar. Ganar ‘en tierra’ acostumbra a ser totalmente excepcional. Un campeonato de España, por ejemplo, no se gana en los despachos de protestas.
-Cambiemos de tercio. Hablabas de que ahora navegas en Badalona. ¿Desde cuando?
-Volví a navegar hace un año y medio más o menos. Cuando volví a Badalona, después de aquella etapa de los entrenamientos internacionales a través de la ISAF que antes comentábamos, los del Natació Badalona me animaron a volver a navegar.
Decidí hacerme del Club Náutico Masnou porque allí se hacían regatas en invierno
Le reconozco mi sorpresa ante su retorno al club donde aprendió a navegar en patín a vela, especialmente, porque tras ganar sus dos primeros campeonatos de España navegando por aquel club, decidió ‘fichar’ por el Club Náutico Masnou y navegando por dicha entidad llegó a correr (y ganar) hasta siete campeonatos de España.
-¿Por qué te fuiste del Club Natació Badalona?
A mi siempre me ha gustado hacer regatas. Por aquellos años, pedí al Club Natación Badalona que hicieran regatas durante todo el año como se hacían en el Club Náutico Masnou y no sólo en verano. Sin embargo, no me hicieron caso y por eso decidí hacerme del Club Náutico Masnou, porque allí sí se hacían regatas en invierno. Por otro lado, puede decirse que fue allí donde de verdad aprendí, no ya a navegar, que también, sino a leer el viento. Estoy convencido de que si no hubiera ido a Masnou no habría aprendido a leerlo.
-Tu fuiste mi ídolo. ¿Quién fue el tuyo?
– Jack Vidal. Siempre ganaba con poco viento y eso es muy difícil. También me gustaba como navegaban José Campillo y Albert Lluch.
A mi no enseñó nadie a navegar. Todo lo aprendí sólo
-¿Recuerdas alguna ‘lección’ especial de alguno de ellos?
-A mi no me enseñó nadie a navegar. Todo lo aprendí sólo. El único consejo que recibí me lo dio Jack Vidal. Me dijo: “tu intenta llevar siempre la vela lo más amollada posible pero sin que flamee”. Fue un gran consejo. Siempre he visto a mucha gente que va con la vela demasiado cazada.
-Tras 28 años sin navegar en patín, al volver a hacerlo debías verlo muy cambiado. ¿Fue así?
-En cierto modo. Tal vez lo más destacable sea su nueva composición. Los patines híbridos me parecen muy bien hechos. A nivel visual, son prácticamente idénticos a los fabricados íntegramente en madera. Y en cuanto al mantenimiento, los híbridos me parecen más fáciles de conservar que los de madera. Y, además, son más resistentes.
-Deduzco que navegas con un híbrido. ¿De qué astillero?
-De Patí Vela Barcelona. Lo tuve clarísimo cuando vi cómo trabaja Rafel Figuerola.
-Sólo hemos hablado del casco. ¿No has visto otros cambios en el patín tras esos veintiocho años sin navegar con él?
-La cantidad de desmultiplicaciones que ahora incluye. Creo que son demasiadas. Yo he decidido suprimir desmultiplicaciones tanto en la relinga, como la de la caída del palo, la escota, etc. Tantas desmultiplicaciones, igual permiten hacer cambios sin necesidad de aplicar tanta fuerza, pero éstas, como además incluyen más poleas, aumentan el riesgo de que alguna se encalle.
Aunque he navegado poco con los ‘cracks’ actuales, algunos de ellos parecen muy consistentes… al menos según las clasificaciones
-Hemos hablado del barco. ¿Qué me dices de los regatistas-crack de hoy? ¿Te parecen mejores o peores que los que navegaban entre finales de los setenta y todos los ochenta?
He navegado poco con estos ‘cracks’, como tu los llamas, de ahora. Sin embargo, parecen muy consistentes, aunque más por las clasificaciones que obtienen que por lo que les he visto navegar. De todos modos, es importante ser consistente porque implica que se es un buen regatista.
-¿Destacarías a alguno o algunos?
-De los que sí he visto navegar, diría que Albert Batlleriá y Koki Roig navegan muy bien. Ellos también son consistentes.
-En tu regreso a las regatas de patín a vela ¿qué haces antes de una prueba?
-Comer una hora y media antes. También saber a qué contrincantes peligrosos voy a enfrentarme.
-¿Y en el agua?
-Mirar la corriente, su dirección e intensidad. Mirar dónde se encuentra el viento, dónde hay más, en qué dirección… Y, luego, empezar a visualizar la regata que haré: por dónde saldré, qué bordo tomaré en la primera ceñida…
-La salida es crucial…
-La posición en la salida es muy relevante. Una prueba de una regata importante no la gana, por lo general, alguien que no sale bien. La salida es condición indispensable para ir bien.
Saber leer el viento, incluso antes de su llegada, me daba una gran ventaja
-¿Cuál crees que fue, en tu época dorada, tu principal virtud?
-Saber leer el viento. Esta facultad de ver el viento antes, incluso, de que éste llegue me daba una gran ventaja.
-¿Y sigues conservando ese talento álgido como entonces?
-Eso no se pierde. Sobre todo si has seguido navegando.
El patín no es un ‘fenómeno de masas’, con lo cual resulta poco atractivo para que los políticos se impliquen más con él
-¿Cómo valoras la promoción que se hace del patín a vela desde los estamentos federativos o desde las administraciones?
Tenemos un problema. Lo nuestro no es un fenómeno de masas. Por tanto, los políticos poca atención van a dispensarle porque ellos sólo se mueven por aquellos entornos en los que saben que pueden obtener más votos. Es una pena que, aunque dicen que van de “servidores públicos”, en realidad sólo son servidores privados.
-Te noto ‘quemado’ con los políticos. ¿Y con los estamentos federativos?
-Sólo diré que en la vela no puede irse de presidente para promocionarse en otros ámbitos. Pienso que el mundo federativo deportivo está muy embrutecido y se dan cosas muy malas.
-Y de la Adipav, ¿qué dirías?
Pues que técnicamente me parece bastante desastre. Un ejemplo: el test del bamboleo. No tiene sentido que se aplique a un barco como el patín porque, además, no puede medirse de un modo adecuado.
-Tras los cambios de materiales que se han producido en la composición de los patines actuales, ¿se te ocurre alguna modificación que no se ha llevado a cabo y que tal vez debiera haberse realizado o que convendría realizar?
-El patín es un barco que, tal como fue diseñado, es bueno, pero no óptimo, para el mar Mediterráneo. Y es que su rendimiento con mares duros no es suficientemente óptimo.
¿Y a qué crees que se debe?
A varios motivos. Por ejemplo, por las bancadas de popa. Cuando hace mucho viento, hay oleaje fuerte y se navega con vientos abiertos, dichas bancadas no tienen suficiente altura sobre la superficie del mar y ello provoca que vayan chocando con las olas. Ello repercute gravemente en la velocidad de la embarcación. Pero, además, hay otro problema: existe el peligro de que el agua arrastre al patrón fuera del patín, especialmente en los largos.
-¿Y cómo resolverías ese problema?
-Subiendo la altura de la cubierta de modo que las bancadas quedaran algo más elevadas sobre el nivel del mar.
Debe variarse la posición actual del puente sobre el que descansa el palo
-Igual eso aumentaría el peso del patín…
-No sería un problema grave. Si es un problema grave, en cambio, el de la seguridad del patrón.
-¿Qué otros aspectos crees deberían reconsiderarse?
-El de la ubicación actual del puente sobre el que descansa el palo. El puente no puede concluir, como sucede ahora, antes de llegar al extremo exterior del flotador, sino que debería llegar hasta dicho extremo exterior del flotador de modo que los extremos derecho e izquierdo de dicho puente prácticamente finalizasen debajo del obenque de cada amura. Si el puente llegase hasta allí, no sería necesario reforzar el puente con tornillos sobre la bancada como se hace ahora. El fallo gravísimo del puente tal como esta emplazado ahora es que se apoya en la bancada antes de llegar al flotador. Ese error provoca roturas de bancadas. En ese sentido, cuando se ensanchó la manga del patín, se tenían que haber ensanchado los puntos de apoyo del puente. Cuestión de pura física elemental. Y, además, ello no reportaría ventaja adicional alguna en competición y las bancadas durarían muchísimo más… No se entiende que la Adipav no haga nada al respecto pues ello beneficiaría a sus asociados.
Asimismo, como apuntaba antes, al patín le cuesta navegar en rumbos abiertos con viento duro y ola. Para solucionarlo habría que levantar unos pocos centímetros la parte más baja de la popa, donde está la bakelita. Con ello, el control sería muy superior.
Y todavía más: el patín está poco apoyado en proa y ésta habría que bajarla un poco para evitar que tenga tanta deriva, así como para optimizar su ángulo de ceñida.
Sería bueno modificar la vela añadiendo un par de sables forzados en su parte superior
Finalmente, creo que sería bueno modificar la vela añadiendo un par de sables forzados en su parte superior. Con éstos, el patín sería más rápido, más divertido y se aguantaría mucho mejor lo cual equilibraría a los patrones con menos peso, los cuales tendrían menos ventaja con poco viento, mientras que los más pesados tendrían menos ventaja con viento fuerte, ya que los menos pesados aguantarían mucho más el viento fuerte que ahora.
-Decías antes que nadie, excepto Jack Vidal, te había enseñado nada de lo que sabes de regatear. ¿Qué te han enseñado los más de diez patines que has tenido en tu vida?
Les debo el haberme educado la capacidad de sacrificio, de concentración y de superación. Unas lecciones que han superado ampliamente el ámbito de la navegación porque todas ellas son capacidades sumamente útiles para la vida en tierra.
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