GAES apadrina 100 bicicletas en la Biciathlón Sin Fronteras

Aparte de las inscripciones individuales a la Biciatló (a partir de 6 euros) ésta es quizás la forma más divertida de participar en la carrera: Se trata de hacer un equipo de entre 2 y 10 personas con el grupo de amigos de toda la vida, los compañeros de trabajo o el grupo de las salidas deportivas del fin de semana. El reto pasa por recaudar los 480 euros que cuesta apadrinar dichas 10 bicicletas (el coste de recoger, reparar y entregar una bicicleta es de 48 euros).

De formas de hacerlo hay tantas como se quieran imaginar: organizar un sorteo; hablar con una empresa que quiera patrocinar; montar una comida solidaria para recaudar donativos; hacer un mercado de productos de segunda mano; buscar un esponsor que quiera promocionarse; organizar un partidillo de fútbol, de tenis, de pádel o de lo que apetezca con una cierta inscripción; crear una hucha que se irá llenando poco a poco; o hacer un concurso de pasteles,  de dibujo, o de lo que se quiera en el cual  haya que pagar una inscripción.

Y si alguien tiene dudas sobre sus posibilidades de recaudar, como explica Romà Boule, Presidente de Bicicletas Sin Fronteras, “la solidaridad de las personas siempre nos acaba sorprendiendo y descubriréis la bondad y la predisposición de los demás por las buenas causas”.

Inscripciones

Para formalizar las inscripciones de la Biciathlón Sin Fronteras hay que hacerlo a través de la web www.biciathlonsinfronteras.org

Apadrinamiento

La razón de esta primera Biciathlón Sin Fronteras es conseguir fondos para apadrinar bicicletas que son entregadas a personas con riesgo de exclusión social en algunos de los proyectos que habitualmente trabaja Bicicletas Sin Fronteras. En lo que va de año, se ha hecho entrega de 449 bicicletas, o lo que es lo mismo 449 sonrisas. Las bicicletas de Bicicletas Sin Fronteras han llegado a lugares como India, Honduras o Guinea, pero también cerca de casa, en ciudades como Girona, Barcelona o Pamplona.

Bicicletas Sin Fronteras

Esta entidad nacida en el Ampurdán, Girona, el año 2012 recoge bicicletas en desuso que repara y pinta con su característico color amarillo para distribuirlas posteriormente entre personas sin recursos. La tarea de puesta a punto de las bicicletas es llevada a cabo en su centro gerundense para personas con riesgo de exclusión social, de manera que también se generan puestos de trabajo.