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Patin a Vela

Cuarta etapa: Cala El Portet de Moraira-Denia

Una fuerte garbinada pone a prueba la destreza y el material de los expedicionarios del litoral levantino

Cristina Scheiss vuelca y Juan Carlos Campo salva dos veces su mástil

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Los nueve patines a vela que toman parte en la travesía por el litoral de la Comunidad Valenciana han 'dormido' la pasada noche en una playa al norte del puerto de Denia.

(3-8-2023). Tras tres plácidas jornadas de travesía por el litoral de la Comunidad Valenciana, los nueve patinistas vivieron ayer la etapa más dura de su periplo. Una fuerte garbinada causó estragos en dos de sus expedicionarios.

La travesía en patín a vela por el litoral de la Comunidad Valenciana había tenido tres plácidas jornadas de navegación desde Guardamar del Segura hasta la cala El Portet de Moraira. Sin embargo, en la etapa de ayer, el escenario se complicó.

A su salida de El Portet de Moraira casi nada hacía presagiar dificultades, aunque David Gracia había visto que más al norte se anunciaba la posibilidad de que entrase viento fuerte.

Los nueve patinistas se hicieron a la mar a las 10,30 horas con un viento suave de unos 6 nudos con el objetivo de alcanzar Denia. Tenían por delante unas 24 millas de singladura. Esperaban alcanzar su destino antes de las dos de la tarde.

Los patines a vela de los expedicionarios de la travesía ayer en la cala el Portet de Cala Moraia antes de emprender ruta hacia Denia.

INICIO PLÁCIDO

Tras superar la Punta de Moraira, también llamada Cap d’Or, aprovecharon el viento portante que les venía por el través para enfilar hacia Denia. Superaron el Morro del Tamarit, el del Bou, el Falquí, el de la Blanca, el del Castell. Luego, superaron la Isla del Descobridor, situada al sur de Jávea, y, tras pasar el faro del cabo de La Nao, superaron el Mirador del Cabo Negro. Desde allí enfilaron hacia la cala del Portitxol. Durante todo ese recorrido los navegantes avanzaron en conserva, evitando distanciarse demasiado.

David Gracia, del Club Vela Sant Antoni, tomó ayer esta imagen desde su patín en la cual se ve a su proa el patín con el que navega Daniel Romani mientras pasaban por delante del cabo de La Nao.

REUNIÓN ANTE LA CALA PORTITXOL

Una vez llegados a la cala del Portitxol, los nueve expedicionarios se reunieron en el agua en aquella cala aprovechando que estaban resguardados del viento para decidir qué hacían. Llevaban un buen ritmo. Gracia recordó a sus compañeros las previsiones de viento fuerte más al norte. Apuntó que quizás sería mejor concluir la etapa en Jávea, “por si acaso”. En aquella cala, sin embargo, guarecidos del viento, todo parecía plácido.

Decidieron continuar la ruta.

EL VIENTO EMPIEZA A SUBIR

Tras pasar entre la costa y la isla del Portitxol, enfilaron hacia el cabo de San Martín. Constaron que el viento iba creciendo paulatinamente, pero los patinistas mantenían bien el control de sus embarcaciones.

Superaron Jávea y apuntaron hacia el Cabo de Sant Antoni. El viento seguía subiendo pero era controlable. Los patines navegaban con el viento por la aleta. El oleaje iba creciendo.

Una vez superaron el cabo de Sant Antoni, el garbí y el mar adquirieron mayor intensidad y potencia. Los patines corrían cada vez más, había que colgarse y estar atento para evitar una clavada no deseada.

JUAN CARLOS CAMPO SUFRE EL PRIMER PERCANCE

Juan Carlos Campo oyó en su embarcación un crack y vio como el grillete de una de las burdas de su patín saltaba por los aires.

Ya en tierra, Campo explicaría que “suerte que mantuve la sangre fría. Amollé la vela al máximo y me fui a proa para que el barco perdiera velocidad y se redujera la presión sobre la burda estropeada. Una vez aproado, con el palo caído atrás, restituí el grillete y la avería quedó subsanada provisionalmente”.

CRISTINA SCHEISS VUELCA

Estaban a la altura de la cala Les Rotes, aunque algo mar adentro. El viento se había situado en cerca de los 20 nudos. En ese punto, Cristina Scheiss sufrió una clavada con su patín y éste volcó. La patinista de la Associació Patí Catala Sant Salvador trató de aderezar el barco… No hubo manera.

David Perez, del Club Nautic Sitges, se acercó a ella para intentar ayudarla.

Por su parte, David Gracia, del Club Vela Sant Antoni, Jordi Giménez, del Club Natació Badalona, y el escritor y periodista, Daniel Romaní, viendo las dificultades que entrañaba aderezar el patín de Scheiss, acordaron ir a la cala Las Rotas para pedir ayuda. Lo consiguieron.

El socorrista logró que saliera un servicio de salvamento que fue al rescate de Cristina Scheiss, así como de David Pérez quien había bajado la vela de su patín para mantenerse más cerca del barco de Scheiss. Una vez rescatados, se los llevaron remolcados hasta una playa situada al norte del puerto de Denia.

JUAN CARLOS CAMPO SALVA EL MÁSTIL POR SEGUNDA VEZ

Sin embargo, mientras sucedía todo eso, Juan Carlos Campo sufrió un nuevo percance con su mástil. En esta ocasión, fue el obenque situado entre el estay y la burda de babor. Le saltaron de cuajo los cuatro tornillos de la base donde iba sujeto el obenque.

Nuevamente, Campo volvió a optimizar su veteranía y su ‘instinto MacGyver’. El patinista del Club Nautico Castelldefels, aprovechó un cabo que llevaba para sujetar la regleta del obenque y, pasando el cabo por debajo del flotador dos veces, logró hacer un apaño que mantuvo sujeto el obenque a la embarcación. Según explicaría luego en tierra, “hoy he salvado por dos veces el mástil. He tenido suerte de mantener la sangre fría y de llevar encima recursos para subsanar las averías”.

Juan Carlos Campo logró sujetar en el mar su obenque de babor con un cabo que pasó por debajo del flotador varias veces al objeto de suplir la base a la que iba sujeta el obenque y cuyos cuatro tornillos fueron arrancados de cuajo por la fuerza del viento y el oleaje.

Juan Carlos Campo, junto con Joan Manuel Monfort, Carolina Solé y Andreu Pérez alcanzaron con sus propias embarcaciones hacia las 14 horas la playa situada al norte del puerto de Denia donde ya habían llegado los rescatados Cristina Scheiss y David Pérez.

GIMÉNEZ, GRACIA Y ROMANÍ ALCANZAN DENIA

No sería hasta una hora y media después (hacía las 15,30 horas) cuando Jordi Giménez, David Gracia y Daniel Romaní alcanzaron aquella playa al norte del puerto de Denia. Habían seguido desde tierra las maniobras de salvamento de sus compañeros Cristina Scheiss y David Pérez y barajando si volvían a salir desde la cala Las Rotes o dejaban sus patines allí. “Soplaban veinte nudos, con rachas de 25 nudos”, explicaba ya en tierra David Gracia. “Dudamos entre salir o no y, al final, optamos por ir a reunirnos con el resto de la flota en Denia”. El patrón del ‘Senglar’ reconocía la etapa de ayer como “la más dura, hasta ahora, de esta travesía” y se felicitaba de que “todos llevemos radio y estemos en comunicación permanente y operemos como un equipo”.

Al cierre de esta crónica se desconocía si los expedicionarios se tomarán la jornada de hoy como día de recuperación de esfuerzos y reparación de las averías de Juan Carlos Campo o proseguirán su singladura hacia el norte.


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