(2-11-2022). El impulsor de las máquinas de pilates Springboard arranca la expansión de su marca de centros de pilates Qombo, con la apertura de un segundo estudio en Madrid. La nueva sede actuará como flagship de la compañía desde donde se dirigirá la expansión mediante franquicias a iniciarse el próximo 2023.
Seis años después de su debut en la capital, la enseña de centros de pilates Qombo inicia su expansión nacional. Lo hace con la apertura esta semana de su segundo estudio con el que dobla presencia en Madrid.
Impulsada por el también creador de las máquinas de pilates Springboard, Juan Carlos Hurtado Maroto, Qombo nació en 2016 como un centro de 180 m2 ubicado en el distrito madrileño de Arganzuela.
Con un sistema de horario libre y tarifa plana, la propuesta se ha asentado en el mercado hasta aglutinar una clientela mensual fija de 200 abonados, a los que se suman una cincuentena de bonos de clases privadas y de masajes, y facturar más de 23.000 euros al mes.
“Tras la pandemia, que superamos gracias a una estructura sólida y sana, nos encontramos en un momento dulce, en el que registramos mejoras del 25% mensual en ingresos en comparación con 2019”, explica Hurtado, quien añade que “hace cinco meses cerramos un acuerdo con MundoFranquicia para tantear la expansión de la marca en el territorio nacional”.
Flagship en Madrid
Antes de instaurar la franquicia, Hurtado consideraba necesario contar con un cuartel general, un flagship, que sirva de ejemplo para los futuros centros franquiciados. Motivo que ha llevado a la compañía que dirige a la apertura de un segundo centro propio, esta vez ubicado en el barrio madrileño de Niño Jesús, en el distrito de Retiro.
El nuevo club presenta el doble de dimensiones que el primero, 300m2, y se ha inaugurado este 1 de noviembre, tras realizar una inversión de 100.000 euros.
El nuevo club, que emplea en un inicio a tres trabajadores, presenta dos salas para la práctica colectiva de pilates a través del sistema Springboat creado por el propio Hurtado, así como dos salas más para sesiones privadas y otra para servicios de fisioterapia.
“Se trata del concepto top, de los tres que hemos concebido para la franquicia”, explica su impulsor, siendo las otras dos opciones un modelo básico con una sala, y otro modelo con dos salas.
El objetivo de la cadena es abrir las primeras franquicias en el próximo 2023. Unos gimnasios que se combinarán con aperturas propias que la enseña ha previsto acometer cada año y medio.
Las inversiones para la puesta en marcha de los centros Qombo oscilan desde los 37.000 euros más obra, hasta los 100.000 euros. Todo el equipamiento de los centros corre a cargo de la marca Springboard, la cual ofrece un entrenamiento de pilates basado en el uso de una estructura de madera anclada a la pared y provista de distintos anclajes, resistencias y otros complementos que posibilitan una mayor variedad de prácticas.
Pilates sin horarios
La propuesta de Qombo se basa en un pilates “sin horarios”, en el que “se combinan distintos modelos de clases que se van sucediendo a lo largo del día y a las que los usuarios se pueden apuntar hasta un minuto antes de su celebración”, describe Hurtado.
El centro ofrece una tarifa plana cuyo precio se sitúa entre los 79 y los 109 euros mensuales, además de la posibilidad de pagar por servicios personales.
Pilates Springboard
“Buscamos ofrecer un entrenamiento de pilates evolucionado, parecido al que se ofrece en Estados Unidos pero a precios muy competitivos, y con un sistema de clases muy dinámico y movible, semejante a los negocios de fitness 24 horas”, señala Hurtado.
El empresario debutó en el negocio del pilates hace 24 años con la apertura del centro Pilates Madrid, ubicado en la calle Mallorca de la capital, al que poco después se le sucedió un segundo centro, con los que llegó a formar una plantilla de 23 trabajadores. En 2022, vendió el negocio a la empresa Wellness Energy, obteniendo el capital para emprender su segundo negocio, las máquinas de pilates Springboard.
Tras 15 años de trayectoria, Springboard se ha consolidado como una alternativa a la maquinaria convencional de pilates, presentando una estructura vertical de madera y acero “que se adapta a cualquier espacio, multiplicando las opciones de uso”.
En la actualidad, la marca se encuentra presente en centros de pilates, fitness y clubes deportivos de todo el territorio nacional, además de estar presente en países europeos como Alemania.
La enseña comercializa tres modelos de máquina, siendo dos de ellas plegables realizadas en madera o acero, y una tercera opción fija.
Reformer Springboard
Asimismo, desde este noviembre, la enseña comenzará a comercializar su propio reformer, con el que ofrecerá una segunda opción de negocio, combinando salas con maquinaria vertical Springboard y otras estancias con reformer.
Una combinación que se ha estrenado ya en el nuevo centro Qombo, con una sala diseñada para la práctica de pilates con Springboard y una segunda con reformer.
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