(12-12-2018). El periodista Carles Aguilar ha logrado con éxito su último reto. Ha completado una distancia de 212 kilómetros en 48 horas, corriendo por Formentera, para sensibilizar sobre la diabetes. Hace años, dejó de competir para llevar a cabo retos personales de ultra distancia –uno cada año- que siempre llevan asociada una causa solidaria para ayudar y dar a conocer determinadas patologías genéticas. Con este desafío, el comunicador cierra un ciclo vital que le ha llevado a terminar todos los objetivos que se ha marcado en la última década.
Carles Aguilar, que presenta un programa de salud en Onda Cero Cataluña, está muy concienciado sobre esta cuestión y siempre desea sumar su granito de arena para dar visibilidad a determinadas enfermedades.
Durante varios meses, explica a través de las redes sociales cómo se desarrollan sus entrenamientos, sus carreras… además, aprovecha su perfil profesional para realizar entrevistas paralelas relacionadas con cada reto para dar voz a médicos, investigadores y, por encima de todo, a los enfermos que las padecen y a su entorno familiar. Hoy, más allá incluso de esta voluntad solidaria, queremos conocer un poco más a la persona.
Cierras 2018 culminando tu último reto en Formentera, donde has completado un total de 212 kilómetros en 2 días para difundir un mensaje claro de ayuda para la investigación de la diabetes. ¿Qué valoración haces?
El balance no puede ser otro que positivo, ya que he conseguido el reto que me había marcado. Ha sido un reto duro, no exento de problemas y dificultades, como los últimos que he hecho, pero me queda quizás un poco de resquemor porque sin tantas dificultades podría haber hecho un poco más. Pero, vaya, estoy más que satisfecho.
¿En el momento en el que uno acaba de conseguir un reto para el que ha trabajo durante meses, la sensación que le queda es de vacío?
Conozco bien esta sensación, ya que es el décimo reto que hago durante 7 años. Es una sensación que se repite, especialmente en mis últimos objetivos, en los que me meto a fondo durante 4-5 meses al año. Y cuando terminas, quizás más que vacío, te quedas muerto, deshecho, no tienes energía física ni mental para hacer nada.
Cuando termino un reto me quedo muerto, deshecho, entro en un agujero negro
¿Cómo te afecta la edad en este sentido?
Lógicamente, cada año soy un año más viejo y me cuesta más recuperarme, tanto física como mentalmente. A nivel psicológico, cuando terminas, es como caer en un agujero negro y te cuesta mucha recuperar las fuerzas para poder seguir tu vida diaria con normalidad.
Cuando afrontas un reto, ¿te interesa más el viaje, lo que aprendes y cómo cambias durante el trayecto, o bien la finalización en sí misma?
Ambas cosas. Al principio de hacer este tipo de retos, daba más prioridad a la parte final, a la finalización de los mismos. Cuando tienes la subida de adrenalina con lo que has hecho. Sin embargo, he ido evolucionando y cambiando esta visión. Ya hace unos años que lo esencial, para mí, es el camino que llevo a cabo durante un desafío y como éste me transforma.
¿Has tenido que abandonar alguna vez?
Cuando competía sí, pero en mis últimos retos, nunca. He tenido la suerte de poder completarlos todos.
Lo esencial es el camino que recorres durante el desafío y cómo éste te transforma
¿Cómo te definirías como deportista?
Soy corredor por afición y en ningún momento me plantee competir para ganar porque nunca he sido un corredor rápido. Aunque eso sí, antes de centrarme en mi faceta de llevar a cabo retos y experiencias, competí tomando parte en decenas de medios maratones, 24 maratones y varias pruebas de ultra resistencia… Llegué a ganar 2-3 carreras y a centrarme en la lucha contra el crono. Hasta que me dí cuenta que era una lucha que, con el paso del tiempo, estaba destinado a perder. Una visión que me ayudó a cambiar mi percepción de la forma de correr. Es por ello que me siento un corredor popular, como muchos de los que salen a correr en nuestro país, y mi punto más fuerte es la resistencia.
Si tuvieras que destacar las carreras que más te han marcado a nivel deportivo, éstas serían…
Como competiciones, hay muchas. Pero, en mi caso, quizás me quedaría con dos (admite muy sincero echando la vista hacia atrás). Uno fue el Maratón de Bilbao, en el que termine en 4ª posición de mi categoría, algo que fue realmente una fiesta para mí. Y el otro fue el Maratón de San Sebastián, donde hice mi mejor marca en la distancia (3:23:33). Y, por otra parte, también destacaría lo que fue el punto de partido de mi segunda fase como corredor, dejando de lado la competición y centrándome en desafíos más vivenciales.
¿Cuál fue?
El Isostar Desert Marathon. Fue un ultra maratón desértico que se hacía por el desierto de Los Monegros con un recorrido de 114 kilómetros. Me cambió la vida como corredor, ya que descubrí la ultra distancia. Además, lo disfruté especialmente, ya que fui seleccionado como embajador de esta prueba: ‘El embajador del desierto’.
Un momento de popularidad que, además, aprovechaste para abrir una nueva página a raíz de contactar con una de las periodistas españolas más populares por aquel entonces.
Por aquel entonces, trabajaba en Onda Cero Radio. Y una de mis compañeras era la periodista Isabel Gemio. Ella tiene un hijo con discapacidad y en su día creó una fundación para promocionar y dar a conocer enfermedades a nivel neuromuscular como las que sufría su propio hijo. Y se me encendió la bombilla y pensé que, ya que era ‘El embajador del desierto’ de la Isostar Desert Marathon y eso daba un plus de eco a todo lo que hiciera, podía poner en marcha una campaña para dar a conocer la fundación de Isabel e intentar recaudar algún dinero para la investigación de este tipo de dolencias.
Y aquí encontramos el inicio de todo lo que ha venido después, con 10 retos completados en 7 años.
Sí, fue un punto de inflexión porque empecé con la ultra distancia y también en mi objetivo de relacionar mis salidas de running con la difusión de enfermedades raras. Por lo tanto, el Isostar Desert Marathon es la carrera que más me ha marcado… Por cierto, acabé (dice, pasados algunos segundos, con una sonrisa de oreja a oreja).
Se me encendió la bombilla y pensé en aprovechar el eco de mi popularidad para dar a conocer la fundación de Isabel Gemio, siendo el inicio de todo
Hasta ahora, hemos echado la vista hacia atrás. Pero mirando a futuro, ¿qué retos te planteas?
A nivel de competición, estoy seguro que no volveré a competir nunca más, porque es algo que no me motiva. En la parte de retos, como te decía, he completado 10 desafíos en la última década. Aunque deja que te haga un inciso. Más que retos, me gusta hablar de experiencias. El 10 es un número redondo, bonito… y ahora mismo no me planteo qué haré el próximo año, si bien es verdad que me coges en un momento bajo, porque acabo de terminar mi experiencia en Formentera.
¿Pero no vas a dejar de correr, no?
No, para nada (afirma sonriente). Ahora mismo, no me planteo ningún reto más, pero seguiré saliendo a correr con mi filosofía y a mi aire. Ya veremos si dentro de 2-3 meses volveré a meterme de lleno en alguna otra historia, pero, ahora mismo, la verdad es que no me lo planteo.
¿Hay alguna locura que se te haya pasado por la cabeza y no hayas podido llevar a cabo?
(No tarda ni un segundo en contestar). Muchas. Aunque si tuviera que quedarme con una sería la de correr hasta el monte Uluru -también conocido como Ayers Rock-. Se trata de una formación rocosa de arenisca que se encuentra en el centro de Australia. Incluso tengo un mapa hecho con las distancias calculadas (admite, ilusionado) desde Sídney y Melbourne para acceder a esta montaña mágica. Mi idea era enlazar un punto de la costa australiana hasta el monte Uluru, casi 2.000 kilómetros, en aproximadamente un mes. Sin embargo, siendo sincero, creo que no podré realizarlo por el coste que supone, tanto a nivel de tiempo como de dinero. Además necesitaría un equipo de apoyo e incluso de seguridad, ya que el trayecto pasa por algunas zonas donde aún viven aborígenes.
¿Sin un reto -o mejor dicho experiencia-, qué te mueve para salir a correr?
Lo que me motiva es que me gusta salir a correr, me siento bien y, siempre que puedo, troto por la montaña, haciendo trail running y explorando sitios que no conozco. Me da igual correr 1 hora que 6. Salgo a entrenar el máximo de tiempo posible que me permiten mis obligaciones personales y profesionales. Siempre que puedo, me bajo un track de Wikiloc y me pierdo por zonas que aún desconozco, para explorar nuevos lugares.
Correr se ha convertido en una parte inherente de mi vida y me llena
¿Por qué corres?
Al principio, para mí, era un hobby, y corría para competir, para mejorar mis marcas. Lo hice durante mucho tiempo hasta que llegó el punto de inflexión con la Isostar Desert Marathon. Ya hace años que correr me absorbe cada vez más más y, si no lo controlo, me acaba destruyendo. Para mí, correr se ha convertido, con el paso de los años, en un aspecto inherente a mi vida y corro porque me llena. Me siento completo estableciendo una especie de comunión con la montaña. Correr no es sólo el hecho físico de correr, sino también todo lo que envuelve. Tengo que hacer muchos esfuerzos para diferenciar cuando termina la parte física y la parte mental, filosófica. Si no hiciera esta distinción, es algo que me acabaría destruyendo poco a poco.
¿Es muy diferente el Carles Aguilar persona, periodista, del Carles Aguilar corredor?
Cada vez menos. Al principio sí eran muy distintos. Estaba muy marcado cómo era yo cuando iba a correr y cómo era a nivel de persona, en mi trabajo, a nivel profesional… Pero ha llegado un momento en el que he hecho un cóctel con mi filosofía de vida y de correr y me he creado un universo personal formado por los entrenamientos, por mi trabajo como periodista en la radio, y también he creado una filosofía propia para correr que incluye diferentes etapas… En definitiva, se trata de un cóctel que me acompaña a todas partes y hay menos diferencia entre un Carles Aguilar y otro. Y ya me gusta que sea así.
Más información: carlesaguilar.wixsite.com/boost4improve
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