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Cómo realizar ejercicio físico tras un cáncer de mama

La actividad post tratamiento

Cómo realizar ejercicio físico tras un cáncer de mama 2

La entrenadora aconseja realizar ejercicios para la movilidad articular y estiramientos, todo en la extremidad superior para recuperar la movilidad.

(13-12-2019). Mantener una actividad física diaria puede mejorar la calidad de vida en el post tratamiento en los casos de cáncer de mama. Cristina Batchelli entrenadora personal en Ensa Sport Barcelona, nos explica los beneficios, analiza las distintas disciplinas y nos aconseja varios ejercicios.

Cuando hablamos de ejercicio físico y salud “nos imaginamos ejercicios relacionados con la pérdida de peso, la mejora de la calidad de vida, del bienestar personal y social, entre otros. ¿Pero qué pasa con el ejercicio físico y una mujer que ha sufrido cáncer de mama?”, se pregunta Cristina Batchelli, Graduada en CCAFYD con Máster en Entrenamiento deportivo y salud. Es entrenadora personal en Ensa Sport Barcelona.

Cristina Batchelli, Graduada en CCAFYD con Máster en Entrenamiento deportivo y salud. Es entrenadora personal en Ensa Sport Barcelona.

El cáncer de mama es cada vez más presente en nuestra sociedad. Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC, 2018) en el año 2018 hubo un 30% más de cánceres de mama comparado con el año 2012. Este cáncer, sin embargo, tiene un gran índice de supervivencia (82, 2% en España).

Batchelli destaca  que, “a pesar de tener un gran índice de supervivencia, tiene otras enfermedades relacionadas. Por ejemplo, la obesidad o sobrepeso, la híper tensión arterial (HTA), la diabetes, el colesterol, entre otros. Las supervivientes del cáncer de mama también tienen un riesgo elevado de sufrir sarcopenia, osteoporosis i/o enfermedades cardiovasculares. Éstas afectan a la calidad de vida, la salud cardiorrespiratoria, la fuerza muscular y la salud ósea. Estos aspectos negativos son inducidos por los tratamientos durante el cáncer y aumentan con la obesidad y con una vida físicamente inactiva”.

Ejercicio físico post tratamiento

Mantener una actividad diaria puede mejorar la calidad de vida del post tratamiento, reconoce Cristina Batchelli. Pero, ¿qué ejercicio físico realizar teniendo en cuenta las limitaciones que nos podemos encontrar? (limitación del rango de movimiento y dolor en el brazo operado, linfedema, entre otros).  Batchelli afirma que un estudio, el de Fischer (2015), comprobaba los beneficios de realizar una hora semanal de Marcha Nórdica (MN) durante 10 semanas. Los resultados obtenidos fueron una mejora de la movilidad y reducción del dolor del hombro, un incremento del bienestar subjetivo en las actividades diarias y un mayor apoyo psicológico el realizar MN con un grupo de personas con la misma enfermedad.

Otras disciplinas como el Pilates también han mostrado mejoras en la calidad de vida de las pacientes. Después de las sesiones de Pilates (de varias modalidades) había un aumento del rango articular del hombro, se mejoraba la capacidad funcional de esta, se reducía el dolor en el brazo, se aumentaba la resistencia muscular y la flexibilidad.

HIIT, MOD, aeróbico y fuerza

Otro estudio piloto de Northey et al., (2018) comprobaba la eficacia a nivel cognitivo del HIIT (entrenamiento de intervalos de alta intensidad) y el MOD (entrenamiento continuo de intensidad moderada). Se practicó en un cicloergómetro 3 días semanales durante 12 semanas.

Los resultados mostraron que ambos métodos tenían una mejora moderada de la memoria en comparación el grupo control. No se mostraron mejoras significativas del aprendizaje verbal y la función ejecutiva del cerebro. Sin embargo, los dos grupos de trabajo obtenían un incremento del volumen de oxígeno máximo y de la función cardiovascular.

El ejercicio aeróbico y de fuerza en personas con sobrepeso u obesidad que han superado un cáncer de mama ayuda a mejorar el volumen de oxígeno máximo, reducir la frecuencia cardíaca en reposo, aumentar la fuerza muscular y mejorar los factores psicológicos como la fatiga y la depresión. Tener obesidad es un factor de riesgo de padecer cáncer entre ellos cáncer de mama.

Disciplinas como el Pilates también han mostrado mejoras en la calidad de vida de las pacientes.

Propuesta ejercicio físico

Según Cristina Batchelli, “se ha visto que varios tipos de ejercicio físico funcionan en el post tratamiento de cáncer de mama”.

A continuación, la especialista realiza una propuesta de entrenamiento:

  • Fuerza: trabajar la fuerza resistencia con el propio cuerpo (al inicio) con ejercicios que impliquen grandes grupos musculares. Realizar series de 12-15 repeticiones descansando 3 minutos entre ellas. Empezar por 6-8 ejercicios.
  • Trabajo cardiovascular: trabajo aeróbico interválico. Este dependerá mucho del nivel de entrenamiento de las personas. Se puede comenzar con un trabajo interválico de moderada intensidad y aumentar este a alta intensidad. La duración puede ser progresiva empezar por 10 minutos y aumentar el tiempo de trabajo. El trabajo intenso debe ser más pequeño que el tiempo de recuperación. Para individualizar esto se puede realizar caminando, corriendo o en cicloergómetro.
  • Movilidad articular y estiramientos: todo en la extremidad superior para recuperar la movilidad y reducir, en caso de que tenga, el linfedema. No realizar movimientos forzados.

Para ayudar a individualizar el programa de entrenamiento puede ser útil la escala de Borg. El programa dependerá de la condición física de cada paciente y deberá ajustarse a esta. También de si tiene otras enfermedades o patologías físicas asociadas. Cada mujer es diferente y su cuerpo reacciona diferente el post tratamiento, aquí la importancia de individualizar cada sesión.

Conclusiones

“Los beneficios del ejercicio físico post tratamiento del cáncer de mama son varios. Desde factores cognitivos como el trabajo de la memoria, factores psicológicos como reducir la depresión y mejoras en la calidad de vida, como todos los beneficios físicos”, asegura la entrenadora de Ensa Sport Barcelona.“No hay”, prosigue, “una modalidad única de ejercicio físico que funcione. Es por eso que se debe saber cuáles son las posibles limitaciones de las pacientes y adaptar el programa de ejercicio físico de forma progresiva. Tener un ambiente de confort ayudará a la adherencia del programa en las pacientes y en su continuidad. Mantener una vida físicamente activa ayudará en el post tratamiento del cáncer y al tener menos factores de riesgo de sufrir uno”, concluye Cristina Batchelli.


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