SQ-lab presenta en España su gama de sillines anatómicos

SQ-lab sabe que un ancho individualizado y un pico de sillín a un nivel inferior solucionan muchos problemas.

Para determinar el ancho óptimo de su sillín se debe acudir a un comercio especializado que comercialice SQ-lab, donde se medirá la distancia entre los isquiones utilizando un cartón ondulado. Con esa distancia, y dependiendo de la posición individual sobre el sillín (racing, maderada, recta) se calculará el ancho del sillín.

Los estudios más recientes demuestran que esa distancia oscila entre valores
muy amplios: entre 6 y 16 cm en los hombres y entre 9 y 16 cm en las mujeres. Por tanto, dice la marca, es absurdo diferenciar de forma absoluta entre sillines para hombre y para mujer.

Una vez determinado el ancho y la dureza del sillín, hay que decidir la forma. Un sillín muy redondeado reduce la presión de los isquiones y la reparte sobre el perineo – un concepto que se ve principalmente en los sillines de racing italianos y que sólo los profesionales muy entrenados y de peso ligero deberían emplear.

Una apertura en forma de V reduce la presión en la zona central a cero. Pero las zonas laterales de los bordes presentan puntos de elevada presión, justo en áreas por donde transcurren vasos sanguíneos importantes.

SQ-lab dispone de “sillines escalonados” que presentan una nariz horizontal a un nivel inferior o escalonado. “Esta forma es la que mejor se corresponde con la anatomía y está disponible para todos los usos y posiciones”, comenta el distribuidor de la marca en España, Velokultura.