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Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición

Cómo reducir el consumo de sal

Sal

(27-10-2017). Los españoles duplican la ingesta diaria de sal recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de ahí que la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición ofrezca varios métodos para reducir la sal en la ingesta nutricional diaria.

Los españoles toman unos 9,7 gramos de sal al día, cantidad que casi duplica los 5 gramos diarios que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), de ahí que la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recuerde la necesidad de que el consumo sea equivalente a una cucharada de café y asegurarse de que sea yodada.

El 20 por ciento de esta sal ingerida se añade en el cocinado y en la mesa a la hora de comer y el 72 por ciento proviene de alimentos procesados (sal oculta), especialmente embutidos, pan y panes especiales, quesos y platos preparados, lo que contradice la creencia popular de que la sal ‘visible’ representa un mayor porcentaje de la sal consumida.

A más sal, menos salud

A nivel general, se considera que el alimento contiene mucha sal si aporta más de 1,25 gramos por cada 100 gramos, o poca sal si aporta menos de 0,25 gramos por cada 100 gramos.

Para saber cuánta aporta cada alimento, la SEEN recuerda que en el etiquetado aparece referido el contenido en sodio del alimento y, a partir de ahí, se puede calcular su contenido en sal multiplicando los gramos de sodio por 2,5.

El riesgo del consumo excesivo, según alerta esta sociedad científica, es que existen estudios que prueban la relación entre el consumo de sal en exceso y las enfermedades cardiovasculares, y existe también una asociación epidemiológica con otras enfermedades como la osteoporosis o determinados tipos de cáncer, advierten en un comunicado.

Cómo reducir su consumo

Por ello, reconocen que una forma fácil para reducir la sal en la dieta es no añadírsela a los alimentos, a los guisos, o a las ensaladas y, en su lugar, reemplazar el sabor con hierbas, especias, limón, vinagre, pimienta o ajo; y no echar sal mientras se cocina sino al probar la comida.

Además, hay una amplia gama de alimentos con contenido reducido de sal que pueden sustituir a las variedades que habitualmente se consumen con más sal, cuya incorporación favorece el cambio a sabores menos salados sin que se aprecie gran diferencia.

También recuerdan que la cantidad de sal consumida va en relación a la cantidad de alimento ingerido, por lo que no es necesario dejar de comer alimentos con alto contenido en sal sino simplemente reducir su frecuencia de consumo e intentar elegir la opción o marca que contenga menos, han destacado.


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