(27-10-2023). El catedrático de educación física y especialista en el entrenamiento de fuerza, Felipe Isidro, subraya que el servicio de los técnicos de los gimnasios carece de personalización. A su vez, advierte que muchas personas sanas o con patologías creen que el gimnasio “no es su espacio” por esta falta de atención personalizada de calidad.
Felipe Isidro, catedrático de educación física y especialista en el entrenamiento de fuerza, responde a varias preguntas que surgen a raíz de una entrevista que le realizó CMDsport hace un par de semanas. En esta interlocución, el experto en salud y deporte destaca que la “personalidad, la empatía y la calidad humana” del personal técnico deportivo de los gimnasios está “bajo mínimos”. Esto provoca, según él, que muchas personas desconfíen de estos centros y no acudan, o que vayan simplemente para utilizar la instalación.
Isidro sostiene también que la falta de atención personalizada ocurre por la carencia formativa y salarial que sufren los entrenadores. En su opinión, “muchos gimnasios aprovechan las prácticas del alumnado de ciclo formativo o de grado universitario muy jóven para hacer mucha rotación, lo que implica un empeoramiento de la calidad del servicio”.
En las salas de muchos gimnasios la atención biopsicosocial individualizada deja mucho que desear
A su vez, este experto alerta a los gimnasios de que pueden estar desaprovechando algunas oportunidades de negocio. Entre estas oportunidades, Isidro destaca la de establecer zonas al aire libre, aprender de la practicidad de los influencers, o la de abrir un servicio multidisciplinario con técnicos sanitarios. A estas oportunidades, se suma la instalación de salas de recuperación ya comentada en la pasada entrevista.
¿Qué oportunidades pueden estar perdiendo los gimnasios actualmente?
La personalización, empatía y calidad humana en el servicio ofrecido por el técnico deportivo está bajo mínimos y eso puede estar provocando que mucha gente no vaya al gimnasio porque lo encuentra impersonal. Conozco a muchas personas sanas y con patologías que entienden que el gimnasio no es su espacio porque no se les atiende personalmente, de forma que los que van lo hacen principalmente con el objetivo de utilizar la instalación. Es cierto que hay una atención inicial al llegar a la recepción porque interesa tener a personas competentes para resolver dudas al potencial cliente, pero en las salas la atención biopsicosocial individualizada deja mucho que desear.
A nivel de gestión económica, a muchos gimnasios les interesa pagar sólo ocho euros la hora en vez de 25
¿Y por qué cree que ocurre esto?
En primer lugar, porque en la misma formación de los técnicos el ámbito biopsicosocial no es prioritario. En segundo lugar, porque el precio que se les paga a los técnicos es mínimo y no contempla el esfuerzo invertido en formación. Y en tercer lugar, porque muchos técnicos deciden ofrecer más o menos servicio en función de lo que se les paga. Muchos gimnasios (no todos) aprovechan las prácticas de alumnado de ciclo formativo o grado universitario o personal técnico muy joven que se inicia en el sector para hacer mucha rotación de personal. Y eso, en la mayoría de los casos, significa un empeoramiento de la calidad del servicio personalizado al cliente. A nivel de gestión económica, les interesa pagar ocho euros la hora en vez de 25 y, al final, ese personal técnico utiliza los gimnasios como una parte de su formación, pero no como su trabajo definitivo. El esfuerzo de sacarse un título oficial de técnico superior de FP o un grado universitario no está siendo compensado con un sueldo acorde. En mi opinión, esta es una gran deuda o hueco del sector que debe mejorar, y mucho.
¿Qué debería estar cobrando un técnico deportivo para que mejore esa atención?
Un salario de un técnico cualificado y competente debería estar rondando, como mínimo, los 25.000 o 30.000 euros brutos al año. Pero se está pagando el salario mínimo obligatorio, que son unos 15.000 euros a jornada completa. En muchas ocasiones, además, hay contratos de medias jornadas a unos ocho euros la hora y los técnicos se ven en la obligación de lograr contratar sesiones de entrenamiento personal entre los clientes para complementar su sueldo sabiendo que, además, una parte del beneficio de esa sesión se la queda el propio gimnasio. Esto no ocurre en todos los clubs, pero sí en una mayoría.
¿Esta falta de atención personalizada ocurre en todo tipo de centros?
Esto ocurre, sobre todo, en las grandes cadenas. Y ya no hablo de las cadenas low cost dónde, en la gran mayoría, no hay técnicos en las salas de musculación y dónde si se quiere atención personalizada se debe pagar aparte. Es su modelo de gestión. Ofrecen material e instalaciones básicas para entrenar, de forma que la atención individualizada desaparece y los entrenadores personales son vistos como un lujo. En otros clubs sí que existen los técnicos de actividades dirigidas altamente motivadores, pero allí no existe realmente una atención personalizada.
Siete de cada diez personas en España no hacen ejercicio y ese debería ser el nicho de potenciales clientes
Dice que esto ha empeorado en los últimos cinco años, ¿por qué?
Se debería tener en cuenta de manera prioritaria que se trabaja con y para las personas, y que éstas deberían percibir que se trata de un servicio de salud y, por tanto, planificado y programado en función del contexto individual y del posible escenario patológico, si lo hubiere. Siete de cada diez personas en España no hacen ejercicio y ese debería ser el nicho de potenciales clientes. Por otro lado, hace unos años era obligatorio un chequeo médico incluso con prueba de esfuerzo y, a continuación, se realizaba una entrevista a la persona sobre diferentes aspectos que ayudaban a realizar una programación bastante individualizada. Todo eso, en la mayoría de los casos, se ha perdido. Se firma una hoja de exención de responsabilidad para el gimnasio y ya está.
¿Son las zonas de aire libre otra oportunidad que pueden estar desaprovechando algunos gimnasios?
A partir de la pandemia de la Covid, muchos gimnasios se dieron cuenta de que las zonas de aire libre eran importantes, como terrazas o patios, lugares para tomar el sol o respirar aire del exterior. Es evidente que el outdoor llegó para quedarse y se pueden crear grupos para salir a hacer running u otras actividades. Pero aún hoy algunos gimnasios lo están desaprovechando.
¿Qué opina del auge de los influencers de opinión?
Pues que hay muchos, buenos y malos. Es cierto que algunos influencers ofrecen aspectos prácticos interesantes, como circuitos de entrenamientos de partes específicas del cuerpo, y se debe aprender de su metodología porque eso llama a las personas que buscan practicidad. La teoría sin práctica es inútil, pero la práctica sin teoría es peligrosa. Si los mismos gimnasios crearan comunicaciones eficientes a través de redes sociales donde ofrecer consejos y ejercicios prácticos tal vez lograrían que muchas personas confiaran en su marca. Pero hay muy pocos gimnasios con comunicaciones en redes sociales que vayan más allá de ofrecer productos o ofertas de matrículas. Incluso, se podrían plantear como hacen algunas marcas de suplementación o de material deportivo, contratar influencers cualificados y competentes (no otros) que pudieran ayudarles a crear comunidad para identificar la marca con un servicio personalizado de salud. Eso sí, se debe filtrar a los influencers para evitar que puedan ofrecer contenido erróneo y peligroso.
¿El auge de la fuerza es una moda pasajera?
Yo creo que no porque la ciencia avanza. En el siglo XX se decía que el cardio era fundamental, básicamente porque se publicaban la mayoría de artículos en base a ejercicio de cardio, por la facilidad de controlar las variables, pero en el siglo XXI se están publicando estudios científicos de alto impacto que demuestran que la fuerza es la capacidad fundamental y que su entrenamiento, sobre todo a partir de ciertas edades, es prioritario. La mayoría de las patologías son causa o consecuencia de debilidad muscular. Se debería ofertar más programas de entrenamiento para personas con patologías y para el adulto mayor, cada vez más numeroso, preocupado por su salud y, además, con mayor poder económico. En cuanto al ejercicio cardiorrespiratorio, también importante, hay una disminución de realizar entrenamiento en máquinas ya que mucha gente prefiere realizarlo al aire libre.
Hay muy pocos gimnasios con comunicaciones en redes sociales que vayan más allá de ofrecer productos u ofertas de matrículas
¿Usted cree que sería necesario aproximar gimnasios y fisioterapeutas?
El trabajo en equipo multi e interdisciplinar es básico. Antiguamente, muchos gimnasios disponían de algún especialista (médico, fisioterapeuta, nutricionista, etc.) al menos un día a la semana, eso, en muchos casos, también se ha perdido. Es buena idea abrir un servicio multidisciplinario con técnicos sanitarios que puedan ofrecer ese servicio al cliente del club, aunque ello exija requisitos sanitarios tal vez complejos. Y todos esos datos del cliente, tanto los clínicos como el resto, deben volcarse en una misma plataforma para que los diferentes especialistas aborden desde su área el servicio al cliente de la forma más eficaz posible y que, a su vez, el cliente perciba que se trabaja en equipo con el objetivo mejorar su salud.
¿En qué punto está la aplicación de la receta deportiva?
A nivel internacional se aplica ya en más de 37 países de 6 continentes. Aquí se está iniciando en algunas comunidades, como Castilla la Mancha, Madrid o Cantabria entre otras, pero progresivamente debido a presupuestos a corto plazo. En Catalunya, sí que existe una nueva Guía de prescripción de ejercicio físico para la salud (Guía PEFS) con recomendaciones generales de ejercicio físico, junto con las adaptaciones pertinentes respecto a las características de las personas y enfermedades para poder facilitar la implantación de la receta deportiva. Pero tan sólo existen experiencias reales puntuales. Si finalmente se implanta permitirá prescribir ejercicio físico a personas inactivas o con alguna enfermedad o patología crónica estabilizada por parte de los médicos de atención primaria y derivarlos a una instalación deportiva cercana en la que, previa formación, existan profesionales especializados en ejercicio en patologías. Tendría que haber una red que conecte a ambulatorios, centros asistenciales y hospitales con las instalaciones deportivas. Y esa red necesita debería contar con los presupuestos a largo plazo estables que permitan desarrollar todo el proyecto.
¿Puede ser rentable para los gimnasios colaborar con los médicos?
El ejercicio físico es un polifármaco de amplio espectro, con un enorme potencial terapéutico, pero también con unas indicaciones específicas que debe realizar un profesional cualificado y competente. Existen tres vías posibles: la incorporación del servicio de ejercicio al ámbito sanitario (centros de salud y hospitales), la derivación de pacientes a los centros deportivos, y el tratamiento domiciliario. En cualquier caso, los gimnasios tendrían acceso a un target de población a la que ahora mismo no acceden, es decir, a esas personas que no son activas ni hacen ejercicio y que tienen un alto riesgo de tener mala calidad de vida y/o sufrir enfermedad o ya la tienen. La cantidad de personas en ese target es muy grande y eso podría doblar la cifra de clientes de los gimnasios. Eso sí, siempre y cuando se tengan técnicos cualificados que provoquen confianza al consumidor y haya una red de comunicación eficiente con el ámbito sanitario. Esta es otra de las grandes oportunidades.
Para mejorar la relación entre medicina y fitness, ¿habría que subir los precios?
Posiblemente afectará a los precios, pero esa es otra lucha. Hay que entender que si se hace un servicio personalizado hay que cobrarlo, es una ley de mercado. Tal vez hay que cambiar el “tipo” de cliente, como se quiere hacer con el turismo de “baja calidad”. Y es que siempre habrá personas que busquen pagar la cuota mínima de un gimnasio, ya que sólo por ducharse allí cada día les sale rentable.
No hay comentarios
Añade el tuyo