Xavi Moya y Jordi Calvet constatan la indiferencia de la Administración en plena huelga de hambre

¿Qué tal os encontráis?

Además de decepcionados, muy cansados. No comemos, solo bebemos agua. Tenemos que dormir en el suelo porque no nos dejan instalar la tienda de campaña, aunque seamos dos y vayamos de buena fe. Les sabe mal incluso a muchos efectivos de los Mossos y la Guardia Urbana que vienen y nos saludan porque nos conocen de gimnasios. Casi lo sienten más ellos que nosotros.

¿Y mossos y guardia urbana también entienden que la decisión de cerrar gimnasios es algo injusto?

Entienden que no nos quejamos porque sí, sino porque no nos dejan trabajar y se está jugando con nuestro pan. Es una situación injusta. No ha habido ni un rebrote en los gimnasios. Hemos aplicado todos los protocolos y medidas. Lo normal sería que no cerraran ningún gimnasio o que antes hubieran cerrado otras cosas, como las discotecas. Las han cerrado una semana después que a nosotros. Es una política que no entienden ni algunos políticos.

El presidente de la Ufec, Gerard Esteva, se puso en contacto con nosotros ya el primer día

¿Les ha atendido algún político estos días?

No. Por aquí no se ha dignado a venir ningún político. Ni para quedar bien ni para tranquilizarnos. De momento, nos han emplazado a la UFEC. Su presidente, Gerard Esteva, se puso en contacto con nosotros el primer día para informarnos que tenían una reunión este lunes a las 11 h. Los políticos saben que estamos aquí delante de la Generalitat, podían haber mandado a alguien a darnos un mensaje de ánimo o a decirnos que lo arreglarán. Aquí se demuestra el nivel como persona de algunos políticos.

He sido el primer catalán en ser campeón del mundo. Que me lo paguen así, es algo triste.

Sorprende que alguien con su trayectoria esté tan desatendido. 

Llevo más de 30 años defendiendo la bandera catalana por todas partes. He sido el primer catalán en ser campeón del mundo. Que me lo paguen así, es algo triste. Estoy decepcionado por cómo están tratando al deporte. En 2009 me dieron el Premi President Companys junto con otros deportistas como Pep Guardiola o Enric Masip y otros. Mucho postureo, pero a la hora de la verdad no hacen nada.

¿La UFEC les ha dado esperanzas de cara a la reunión de este lunes?

Sí, hay esperanza. La UFEC también nos ha dicho que esperan que el juez admita a trámite su demanda. Pero, de momento, llevamos una semana con el gimnasio cerrado y nosotros tres días aquí.

Mi compañero, Jordi Calvet, tiene una situación económica peor y está desesperado

¿Cuándo tiempo puede resistir su gimnasio otro cierre como este?

Mi gimnasio, l’Esport Rogent, va camino de cumplir 31 años. Por suerte he podido tener unos ahorros para resistir más tiempo. Mi compañero, Jordi Calvet, tiene una situación económica peor y está desesperado.

Tuvimos que estar tres meses en ERTE. Luego abrimos con protocolos. Invertimos mucho dinero, cerca de 2.000 euros, en geles, termómetros y máquinas desinfectantes para distintas salas. Lo hicimos todo, nos felicitaron, y aunque no haya habido ningún brote en ningún gimnasio de España, nos dicen que nos cierran. Lo único que quiero es que me den una explicación y me digan por qué lo hacen.

¿Les sorprende que se deje caer así al sector deportivo?

Sí. Nadie se lo explica. Todas las personas con las que hablamos nos felicitan por lo hecho, y los compañeros de profesión nos dicen que han aplicado más medidas de las pedidas. Esperemos que reconsideren sus decisiones. Pero, por encima de todo, nos sorprende la confusión que están generando con todos los cambios que van haciendo. Creo que no están informando bien, falta transparencia y claridad. Muchos clientes me llamaban para saber si abríamos o no. La gente está muy perdida. Si se hubiera dado el caso de una mala praxis en algún gimnasio, lo entendería, pero no ha sido así.

¿Espera que puedan volver a casa este lunes?

Yo tengo esa esperanza. Quiero volver ya. Tengo mujer e hijos mayores que están sufriendo por las decisiones de unos políticos que, a tenor de lo que han demostrado, no merecen sufrimiento alguno.