Quantcast

FITNESS

Existen múltiples beneficios de la acticidad física frente a la enfermedad

Consejos para realizar ejercicio físico en cada etapa del cáncer

Son importantes los ejercicios de alta intensidad

Consejos para realizar ejercicio físico en cada etapa del cáncer

Soraya Casla destaca los beneficios, en las personas con cáncer, al realizar ejercicio: previene la pérdida de masa muscular y el aumento de grasa, mejora la capacidad cardiovascular y reduce los efectos secundarios de los tratamientos como la fatiga, las náuseas o los vómitos. Imagen: Stockking en Freepik.

(9-6-2023). Existen diferencias en el tipo de ejercicio físico que se aplica en un paciente con cáncer si está al principio de la enfermedad, durante el tratamiento o en su recuperación. Soraya Casla, Doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y especialista en ejercicio oncológico y fundadora de ‘Ejercicio y Cáncer’, nos da las claves.

Soraya Casla, Doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y especialista en ejercicio oncológico con más de 15 años de experiencia, es la fundadora del proyecto  ‘Ejercicio y Cáncer’.

Soraya Casla, Doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y especialista en ejercicio oncológico, es la fundadora del proyecto ‘Ejercicio y Cáncer’.

La especialista explica que “Ejercicio y Cáncer es un programa que surge con el fin de poder dar respuesta a una necesidad no cubierta, que es la de que las personas con cáncer puedan hacer ejercicio físico supervisado y adaptado a sus necesidades, durante todo el tiempo que lo necesitase. Trabajamos con personas que tienen diagnóstico de cualquier tipo de tumor y también en cualquier momento de la enfermedad”.

Casla reconoce que “veíamos que las opciones de ejercicio físico que existían solo se aplicaban durante un tiempo muy reducido o con precios muy poco accesibles para las personas que estaban en este proceso. Además, creemos en el desarrollo integral de las pacientes, pudiendo ayudarlas tanto a nivel físico, como fisiológico y social. Para ello, trabajar en grupo era esencial y, aunque cada persona trabaja su nivel y con las adaptaciones necesarias del ejercicio, las clases son en grupo para favorecer también esta parte. Por supuesto, las personas que quieren trabajar de forma individual tienen la opción del entrenamiento personal, pero sobre todo les animamos a que vengan en grupo”.

Diferencias de ejercicio en cada etapa del cáncer

Existen diferencias en el tipo de ejercicio físico que se aplica en un paciente de cáncer si está al principio de la enfermedad, durante el tratamiento o en su recuperación.

Las diferencias radican en varios aspectos, detalla Soraya Casla. El primero es el nivel inicial de la persona, ya que hay personas que en pleno tratamiento pueden correr o hacer un entrenamiento con cargas altas, y personas que no pueden.

Otro de los factores más importantes es cómo toleren el tratamiento. “Sin embargo, vemos que las personas que hacen ejercicio durante los tratamientos tienen menos efectos secundarios y están menos cansados. Sí que es verdad que las personas con enfermedad metastásicas, al llevar más tiempo en tratamiento suelen tener más efectos secundarios y una menor capacidad cardiovascular. Esto nos lleva a trabajar a intensidades más bajas al principio y tener, a veces, más adaptaciones de los ejercicios a nivel funcional”, afirma.

“Sobre todo”, prosigue, “de cara a las adaptaciones funcionales, nos vamos a encontrar con que, los pacientes con cirugías previas y radioterapia suelen requerir de mayores adaptaciones funcionales. Siempre es importante que también acudan a fisioterapeutas especialistas que les ayuden en la rehabilitación específica antes de empezar con ejercicio o realizarlo de forma concomitante siguiendo las indicaciones del fisioterapeuta”.

Beneficios del ejercicio físico frente a la enfermedad

Casla afirma que los beneficios son múltiples:

  • Se ha visto que en muchos tipos de tumores hay un aumento de la supervivencia en las personas que se mantienen activas tras el diagnóstico de cáncer.
  • Además, previene la pérdida de masa muscular y el aumento de grasa.
  • Mejora la capacidad cardiovascular
  • Ayuda a mejorar la funcionalidad y reducir los dolores musculares y articulares
  • Reduce los efectos secundarios de los tratamientos como la fatiga, las náuseas o los vómitos
  • Ayuda a mejorar la funcionalidad del sistema inmune y a reducir algunos biomarcadores pronósticos, como son los factores de inflamación o los factores de crecimiento asociados a la insulina. Estos biomarcadores muchas veces se relacionan con un mayor crecimiento de las células y, su control se ha visto que puede afectar a la supervivencia y mejorar el pronóstico de los pacientes.

Es recomendable acudir a un profesional especialista en ejercicio oncológico que pueda realizar una valoración inicial y que enseñe a realizar ejercicio físico adaptado a cada una de las necesidades. Imagen de la web de Ejercicio y Cáncer.

Cáncer y ejercicios de alta intensidad

La doctora asegura que la alta intensidad es esencial durante todo programa de ejercicio oncológico. Esto es así porque muchos de los efectos en los biomarcadores solamente se consiguen con alta intensidad.

“Sin embargo”, añade, “todavía a día de hoy, muchos clínicos tienen miedo de recomendar ejercicio de alta intensidad, y es normal, porque no todos los profesionales están preparados y la supervisión en este tipo de ejercicio es esencial. Por ello, también surgió Ejercicio y Cáncer, para poder adaptar el tipo de ejercicio a las necesidades de cada paciente de manera segura, incluyendo una alta intensidad adaptada al nivel de cada uno”.

La especialista se pregunta: “¿Qué sucede entonces? que hay personas cuya alta intensidad es caminar o mover 2 kg, y hay personas para las que la alta intensidad es correr. Conocer el nivel inicial de cada paciente es esencial a la hora de poder planificar la intensidad del entrenamiento. Y para esto también es esencial contar con un especialista que de seguridad a los clínicos y que tenga experiencia en este tipo de programas con personas con cáncer”.

Recomendaciones finales

Soraya Casla considera que “sigue habiendo muchas barreras y limitaciones de cara a la planificación del ejercicio de alta intensidad. Todavía es difícil de entender que la intensidad tiene que estar adaptada a cada persona, a su tratamiento y a como asimila el mismo. Por supuesto, una persona que acaba de salir de una diarrea no puede trabajar a la misma intensidad que si no hubiera tenido ese proceso. Esto nos exige estar muy bien formados para poder adaptar la actividad a estas causas”.

“Además”, añade, “debemos entender que la alta intensidad se refiere a los efectos metabólicos que producen esa alta intensidad, no al tipo de ejercicio que se realiza, que puede ser cardiovascualr o de fuerza, y puede ser alta intensidad independientemente del tipo de ejercicio. También hay que entender que debemos trabajar todos los tipos de ejercicio, incluyendo fuerza, ejercicios neurales y propioceptivos, para que la adaptación al ejercicio sea lo más global posible”.

En el caso de un paciente que tiene cáncer y quiere hacer ejercicio físico, la doctora le recomendaría “que realizara el ejercicio que le guste y le motive, que intente buscar un grupo y, si puede, que acuda a un profesional especialista en ejercicio oncológico que pueda realizarle una valoración inicial y que le enseñe a realizar ejercicio físico adaptado a sus necesidades. Por nuestra parte ponemos nuestro programa a su disposición, pueden contactarnos a través de nuestra web www.ejercicioycancer.es o escribiendo a hola@ejercicioycancer.es.  Y, ante el cáncer, ¡Muévete!”, concluye Soraya Casla.


No hay comentarios

Añade el tuyo