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En Navidad no se descansa

En Navidad no se descansa 3

Dejar de entrenar puede suponer un gran impacto negativo en nuestra salud y funcionalidad. 10 días de inactividad física provocan un gran descenso en ciertas mediciones de fuerza tan significativas como la pérdida de potencia en la subida de escalera, además de una caída de la capacidad aeróbica. Imagen: Frimufilms.

(17-12-2021). Cada año, con la llegada de la Navidad, nos enfrentamos a la tendencia de entregarnos a la inactividad física. Desde Ensa Sport nos alertan de los peligros que conlleva al perder nuestro acondicionamiento físico y nos ofrecen varios consejos fáciles de seguir, priorizando también ejercicios alternativos.

Llegan las fiestas navideñas y todos somos conscientes de que se avecinan tiempos difíciles para mantener nuestros hábitos saludables. A las comidas empresariales, se unen las salidas y reencuentros con amigos y familiares.

“Todos estos compromisos parecen que empujan a nuestra salud a un segundo plano ya que el abuso de comidas de dudosa calidad y de alcohol se une a que la actividad y ejercicio físico se olvidan entre tanto espíritu navideño”, explica el director técnico de Ensa Sport, Rafael Tundidor.

El director técnico de Ensa sport, Rafael Tundidor.

Inactividad física

El especialista destaca que “uno de los problemas que nos encontramos en el sector del entrenamiento personal es el educar a nuestros clientes para que, en el periodo de vacaciones, no debemos dejar de entrenar. Si bien es un momento para desconectar, si abandonamos el ejercicio, estaríamos perjudicando nuestra salud”.

Un ejemplo algo agresivo, añade, pero para que nos sirve de ejemplo, son los estudios en los que se utiliza la metodología ‘bed rest’. Ésta consiste en dejar tumbados en la cama durante días a los sujetos de dichos estudios y comprobar qué ocurre.

En sujetos mayores, pero sanos, 10 días de inactividad física (menos de lo que dura normalmente unas vacaciones) provocan un gran descenso en ciertas mediciones de fuerza tan significativas como la pérdida de potencia en la subida de escalera, además de una caída de la capacidad aeróbica.

“Por lo tanto, el mero hecho de dejar de entrenar puede suponer un gran impacto negativo en nuestro salud y funcionalidad”, resalta.

Falta de sueño y alimentación

Tundidor afirma que, “las cenas copiosas, el alcohol y las reuniones con nuestros conocidos pueden alterar nuestro descanso”. Este hábito que durante la pandemia ya se ha visto afectado, tiene multitud de riesgos para nuestra salud:

– Aumento del riesgo de padecer hipertensión

– Mayor riesgo de sufrir un infarto

– Mayor consumo calórico

– Disminución de la respuesta inmune

Por otro lado, el consumo abusivo de comida basura y alcohol en periodos de vacaciones es algo común en el conjunto de la sociedad, y especialmente preocupante en la adolescencia, cada vez más habitual.

Además de los ya conocidos problemas asociadas al consumo de dichos alimentos y bebidas (riesgo de padecer sobrepeso/obesidad, hipertensión, síndrome metabólico, etc.) también puede llevarnos a problemas psicosociales, como el aumento del riesgo de padecer demencia, esquizofrenia o incluso riesgo de padecer exclusión social.

Un aspecto negativo de no realizar ejercicio durante estos periodos de fiestas y vacaciones es que, al retomarlo, veremos mermado nuestro rendimiento.

Desacondicionamiento

Rafael Tundidor destaca que “otro aspecto negativo de no realizar ejercicio durante estos periodos de fiestas y vacaciones es que, al retomarlo, veremos mermado nuestro rendimiento. Sobretodo dependiendo de lo largo que sea el parón. Y, después, al empezar a entrenar de nuevo, nuestro progreso será más difícil y lento”.

“Además”, incide, “es bastante normal empezar con algún kilo de más tras las vacaciones lo que agrava al desacondicionamiento”.

Viendo la cantidad de efectos negativos que puede tener este parón, vamos a dar una serie de consejos para poder mantener nuestro estado de forma en estos tiempos.

Priorizar

El especialista de Ensa Sport aconseja que, “además de entrenar, deberíamos realizar otro tipo de actividades como pueden ser caminatas o practicar algún deporte. Esto puede ayudar a mantener un gasto energético elevado y a regular las copiosas digestiones devenidas de estas comidas”.

Cuando el tiempo apremia, prosigue, debemos de ser inteligentes y selectivos con nuestros entrenamientos de fuerza, con estas recomendaciones:

  1. Utilizar ejercicios multi-articulares donde se pueda movilizar cargas elevadas. Por ejemplo, sentadillas, remos, …
  2. Mejor poco que nada. Realizar 3-4 ejercicios que involucren distintos patrones en modalidad de circuito, con 2-3 vueltas, puede ser una buena dosis mínima de entrenamiento.
  3. Seleccionar ejercicios fáciles y que se conozcan. En este periodo no es momento de innovar y provocar consecuencias no deseadas.
  4. La intensidad debe estar presente. Al tener poco tiempo disponible la variable que más tenemos que cuidar es la intensidad, ya que esta es la que determinará en mayor medida las adaptaciones producidas.
  5. Con 2-3 días por semana puede ser suficiente para mantener los niveles de fuerza y conseguir mantener el estado de forma.

Más información en Ensa Sport


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