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El yogur ayuda a combatir la obesidad y la hipertensión

El yogur ayuda a combatir la obesidad y la hipertensión

El yogur tiene un alto contenido de calcio, magnesio y fósforo, minerales fundamentales para mantener sanos los huesos. Además, ayuda a estabilizar la flora del intestino y los microorganismos del sistema digestivo, ya que sus bacterias convierten el azúcar de la leche (la lactosa) en ácido láctico. Éste imposibilita el desarrollo de bacterias perjudiciales provenientes de la descomposición de los alimentos. Imagen: Nensuria en Freepik.

(10-2-2023). Los beneficios de la ingesta de yogur son numerosos: ayuda a combatir la hipertensión y la obesidad, estabiliza la flora del intestino y facilita la asimilación de nutrientes. Su beneficio se multiplica acompañado de una dieta con mayor presencia de frutas y verduras.

Tomar cinco raciones de yogur a la semana disminuye la presión arterial y contribuye a mantener un peso saludable, informa Fenil (Federación Nacional de Industrias Lácteas). La entidad se hace eco de un estudio presentado en la American Heart Association’s Epidemiology: “Añadir el yogur a una dieta sana parece ayudar a reducir el riesgo a largo plazo de padecer presión arterial”, asegura el doctor Justin Buendía, autor principal del estudio.

Para evaluar los efectos a largo plazo los investigadores documentaron más de 70.000 casos de hipertensión y concluyeron que los beneficios de tomar cinco o más porciones de yogur a la semana se incrementaron exponencialmente en el grupo que, además, ingería cierta cantidad de frutas, verduras y de otros lácteos bajos en grasa. De hecho, los hombres y las mujeres con este tipo de dieta redujeron hasta un 31% el riego de desarrollar hipertensión, en comparación con los grupos de control que ingerían menor cantidad de yogur y cuya dieta incluía una menor cantidad de frutas, verduras y de otros lácteos, concluye el doctor.

Además, en el estudio también se señala que completar la dieta con raciones adicionales de leche y queso cada día consigue también impactan positivamente sobre la presión arterial, “aunque los efectos del yogur parecen más fuertes”, completó Buendía.

Menos riesgo de sobrepeso

Otro estudio reciente, ‘Yogurt consumption, weight change and risk of overweight/obesity: The SUN cohort study’, demuestra que un alto consumo de yogur, de al menos 7 unidades a la semana,  se asocia, a largo plazo, con un menor riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad. La investigación, liderada por el profesor Miguel Á. Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y perteneciente al CIBER de obesidad y nutrición, clasificó a los participantes según su consumo total de yogur (enteros y desnatados) en cinco categorías: menos de dos; entre dos y cinco; entre cinco y siete; siete; y más de siete yogures a la semana.

Se observó que, a igualdad de otras variables relacionadas con la obesidad, los participantes en la categoría de mayor consumo de yogur (7 o más unidades a la semana) presentaban menor riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad durante el periodo de seguimiento. Además, el estudio señala que esta reducción del riesgo de sobrepeso/obesidad asociada al consumo de yogur es especialmente evidente entre los participantes que también mantienen elevado el consumo de fruta en vez de elegir postres dulces o de repostería. Estos resultados apoyan que el consumo de yogur puede jugar un papel en la prevención del sobrepeso y obesidad cuando se asocia a un patrón global de alimentación saludable.

Relacionado con el contenido en calcio

El estudio concluye que un posible mecanismo biológico que puede explicar la relación del consumo de yogur con el menor riesgo de ganar peso podría estar relacionado con su contenido en calcio, según sugieren algunos estudios. En estos estudios se ha propuesto que el calcio está relacionado con el metabolismo de las grasas, de manera que un incremento en la ingesta de calcio que contienen los productos lácteos puede llevar a un incremento en la oxidación de las grasas.

El yogur tiene un alto contenido de calcio, magnesio y fósforo, minerales fundamentales para mantener sanos los huesos. Además, ayuda a estabilizar la flora del intestino y los microorganismos del sistema digestivo, ya que sus bacterias convierten el azúcar de la leche (la lactosa) en ácido láctico. Éste imposibilita el desarrollo de bacterias perjudiciales provenientes de la descomposición de los alimentos.

Contiene lactobacilos que renuevan la flora intestinal y, por lo tanto, contribuyen a reducir la hinchazón abdominal. Estimula las defensas del organismo, ya que los lactobacilos actúan como probióticos. Es un alimento de fácil digestión porque el azúcar natural de la leche, la lactosa, no presenta las mismas características. Por eso, los yogures son más fáciles de digerir y son una buena fuente de nutrientes incluso para los intolerantes a la lactosa.

Más información en Fenil y CIBER de Obesidad y Nutrición


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