(5-3-2013). Silvia Leal (Solsona, 1976) empezó su trayectoria deportiva en carreras escolares, principalmente cross. A partir de los 15 años practicó pista en el Club Atlético Manresa -desde 200 hasta 1.500 metros-, dejando la competición a los 24 años, por culpa de las lesiones. Estuvo ocho temporadas en el ‘dique seco’ hasta que, tras alguna carrera popular, empezó a probar el trail running y a apasionarse de inmediato por la montaña. A pesar de iniciarse a los 32 años, los éxitos nacionales, europeos y mundiales no han dejado de acompañar a Silvia, que acaba de fichar por el Lurbel Team.
¿Cómo llegaste a las especialidades de montaña?
Primero decidí correrlas porqué me cansé del asfalto. Siempre era ‘más de lo mismo’, y necesitaba una nueva motivación para seguir entrenando. Como siempre sufría de tobillos, torceduras, esguinces…decidí especializarme en verticales porque el riesgo de lesión de tobillo era bajo, y de esta forma podía volver a disfrutar de la naturaleza y de la competición, sin tener que estar pendiente de mis tobillos. Con el tiempo fui adaptando mis articulaciones y ahora me puedo permitir el ‘lujo’ de correr alguna que otra carrera sobre asfalto.
¿Suponen un reto mayor que las modalidades urbanas?
Simplemente son diferentes. Las carreras urbanas son más una lucha contra el reloj (mejorar marcas en un 10.000 o media maratón), aunque también tiene su encanto. De hecho, siempre corro un par de ellas entre temporada. En la montaña, por el contrario, te olvidas del cronómetro, simplemente corres, saltas e intentas ir lo más rápido posible, sin importar el tiempo.
¿Qué sensaciones tienes al correr?
Hay momentos de todo, pero el sentimiento que más se repite es el de libertad. Cuando empiezas a bajar una pendiente y tus piernas están fuertes y sin sufrir, el aire, el sol, el espacio…todo te envuelve y te acompaña hasta la meta. Nadie debería irse de este mundo sin haber sentido esas sensaciones que te regala la naturaleza. Nunca he tenido un sentimiento negativo, ni siquiera cuando la fatiga era máxima. Todo es positivo, siempre.
¿Por qué aconsejarías pasarse a este tipo de competición?
Aunque parezca lo contrario, las carreras de montaña son menos exigentes, muscularmente hablando. Las articulaciones sufren menos y el riesgo de lesión es bastante más bajo. El entorno es espectacular, y cada carrera es completamente distinta a la anterior.
¿Qué opinas del auge popular del trail running?
Está bien que la gente sienta atracción por correr en montaña, siempre y cuando no se pierda la esencia de los inicios. Nosotros formamos parte de este mundo, la montaña nos acoge con los brazos abiertos, y debemos corresponder de la misma forma, sin maltratar, sin ensuciar y sin molestar. Me preocupa un poco que se convierta en un negocio.
¿Deberían ser olímpicas este tipo de especialidades?
Por supuesto, tanto por el atractivo del entorno, como por la belleza y dificultad de las carreras. El espectáculo está asegurado, y creo que de emoción vamos sobrados. El problema es que es un deporte minoritario, que mueve pocos intereses a gran escala. No obstante, confío en que algún día las carreras por montaña sean olímpicas, pero sin perder su esencia.
¿Cómo son tus rutinas de entrenamiento?
Intento entrenar siempre que puedo, y ser fiel al plan que prepara Agustí Serra, mi entrenador, que es el sabio de todo esto. Intentamos mezclar bien las series con cuestas y rodajes largos, y para descargar también hago un poco de natación y bici. No hay ningún secreto, más allá de la constancia y el descanso.
¿Se te hace difícil combinar la vida deportiva, profesional y personal?
Se hace lo que buenamente se puede. Trabajo en un gimnasio, doy clases de todo tipo: ciclismo indoor, tonificaciones, natación…el desgaste ya de por si, es grande, y muchas veces solo te apetece tumbarte en el sofá en vez de salir a entrenar. Pero con mi entrenador, intentamos adaptar lo mejor que podemos esta combinación de trabajo/entreno sin llegar a sobrecargar ni lesionar.
En el ámbito personal, quien está a mi lado entiende perfectamente que mi forma de vivir la vida y de entender el deporte es algo que no durará para siempre, pero que sin embargo ahora es así. Quien me quiere entiende como soy, mis necesidades y mis expectativas. Tengo que decir que tengo muchísima suerte porque me siento muy apoyada.
Ahora formas parte del equipo Lurbel…
Si, este año Lurbel me ha dado la oportunidad de ser integrante de su equipo, y tengo unos beneficios que sin duda alguna me ayudarán mucho para la temporada. El material es caro, y en esta época que nos ha tocado vivir, con tanta crisis, que una marca como Lurbel haga el esfuerzo de ayudar a atletas me parece admirable.
¿Entre todos los logros de tu carrera, cuáles destacarías?
Elegiría mi tercera posición en la Copa de Europa de raquetas de nieve, y los Subcampeonatos del Mundo y de España. A pesar de mis 36 años, no hace demasiado tiempo que corro por montaña.
¿Cómo valoras tus resultados de 2012?
Mi mayor triunfo fue el Subcampeonato de España de carreras de montaña, es de lo que más orgullosa me siento. Pero también destaco el Subcampeonato del Mundo de verticales, la tercera posición en el Campeonato del Mundo de skyspeed, y el tercer lugar en el Campeonato de España de verticales.
Háblanos del Subcampeonato del Mundo de kilómetro vertical.
Fue un desafío para mí. Destacaría que las pruebas de la Copa eran especialmente bonitas y duras, a la altura de una buena Copa del Mundo, como por ejemplo el mítico vertical de Canazei i la vertical Fully, sin menospreciar a Finestrat, que organizativamente me parece de las mejores.
¿Qué objetivos te has marcado para esta temporada?
Nunca me planteo retos, sino motivaciones. Lo que hace que me ponga las zapatillas y salga a correr es la motivación. Luego, si la carrera sale bien, mejor, pero nunca me planteo este título o el otro. Correré verticales (Copas del mundo y de España) y alguna que otra carrera interesante, como puede ser el Campeonato de España.
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